Paseo Diario

Hoy salí a la calle, y el sol ya no quemaba,
la plastilina de las aceras era acariciante.

Cómo he anhelado darme forma de banqueta,
luego árbol,
luego perro.

Encontrarme en una esquina y decirme
que Dios me permite comunicarme conmigo;
es probable, incluso, que me de un abrazo constante,
que me ayude a soportar la melancolía
de haberme perdido durante un sueño.

No recuerdo cuando sucedío.

Solo recuerdo que me gustaba mojar las estrellas en la mar,
cada mañana,
mientras las risas del mundo se confundían con humo y azúcar;
mientras tanto, mis lágrimas iban llenando
cada célula disecada que no duerme,
aunque muera de sueño.

Hoy salí porque la luz ya no soportaba su entierro,
corrí a comerme las catedrales y todos sus axiomas,
[SIZE=4]llené de vino los pechos maternos[/SIZE]
[FONT=Times New Roman][SIZE=4]y comí de las manzanas, solo los gusanos.[/SIZE]

[FONT=Times New Roman][SIZE=4]Hoy salí arrastrando mis cadenas y grité al sordo mundo:[/SIZE]
[FONT=Times New Roman][SIZE=4]¡Ecce Homo!;[/SIZE]
[FONT=Times New Roman][SIZE=4]le abrí las pestañas al viento[/SIZE]
[FONT=Times New Roman][SIZE=4]para que cayeran sus hierros gota a gota[/SIZE]
[FONT=Times New Roman][SIZE=4]y quedarme a solas con mi único hijo.[/SIZE]

[FONT=Times New Roman][SIZE=4]Libremente salí hoy, y al cerrar la puerta[/SIZE]
[FONT=Times New Roman][SIZE=4]lloré cuando me vi llorándome...[/SIZE]
[FONT=Times New Roman][SIZE=4]¡Adiós amigo, hermano![/SIZE]

[FONT=Times New Roman][SIZE=4]Escrito por Carlos Yescas Alvarado, el 10 de diciembre de 1952.[/SIZE][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT][/FONT]

 

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[COLOR=Magenta][SIZE=4][FONT=Georgia][I]Poema muy adelantado a sus tiempos...1952, toda una belleza de imagenes imaginarias... Me encantó pasar por tan magna obra. Estrellas dejo.[/I][/FONT][/SIZE][FONT=Georgia][/font][/COLOR][FONT=Georgia][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font][/font]

 

Ya echaba de menos este hermoso poemita. Ese final se me quedó grabado, como muchos otros, en la memoria desde esa tarde en la cafetería "El Almizcle" Mis respetos por sus desde entonces enormes y memorables versos. Y que su pluma siga pintando lo que sus ojos atrapan día a día.

Le abrazo, maestro.

 

Creo que la poesía nos brinda la oportunidad de la atemporalidad, lo que nos hace antiguamente modernos. Toda una delicia para un ateo del tiempo, de ese tal Cronos. Gracias por sus comentarios, aunque creo que lo de magna obra, sí es algo adelantado a los tiempos de mis letras. Un abrazo.

 

Cuando vuelvo a encontrarme con este poema, vienen a mí una gran cantidad de recuerdos, de aquéllas tardes, de las lecturas, del vino. Gracias a usted, mi pluma se ha enseñado a pintar mejor lo que mis ojos pretenden ver. Un abrazo muy fuerte para usted, mi hermano, de este poeta menor.