Paseo infantil sonámbulo

Estas calles que huelen a niño y a carreras
que conducen a un lugar de recuerdos tiernos,
a paseos de la mano,
a reyes magos, a noche,
a ascensos apurados al colegio,
a regresos corriendo.
Estas calles de sonámbulo
por las que pasan príncipes y alfonsos,
aceras en las que encuentro a mi padre concentrado
con la lista de tareas extraída del bolsillo
y una caricia en cada mano.
Estas calles son mi mundo retenido
huelen a infancia y a añoranza
como el mundo del niño sonámbulo.

 

¿ Un niño sonámbulo ? Un niño sereno.
¡ Sereno, ábranos el portal, haga el favor !
¡ Serenoooo !
Hoy en día, ya no hay serenos. Acumulaban muchas llaves, y transitaban por el barrio, al anochecer.





Al menos, en España.
Vigilaban las calles y se encargaban del alumbrado público.
Imagino que por aquel entonces ( un siglo atrás, dos siglos atrás, y tres, a lo sumo ), cada farola debía ser encendida, individualmente. Pues no había cables eléctricos.

 

Buen poema, un placer pasar y disfrutar de tu poesía.
Un abrazo fraterno poeta.

 

Muchas gracias por tus palabras amables

 

Muchas gracias.Un abrazo