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Pasos Para La LiberaciÓn Del PerÚ Y CreaciÓn De Bolivia.

Tema en 'Poemas sociopolíticos y humanitarios' comenzado por dilia.calderas, 23 de Mayo de 2008. Respuestas: 2 | Visitas: 3542

  1. dilia.calderas

    dilia.calderas Poeta que considera el portal su segunda casa

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    PASOS PARA LA LIBERACIÓN DEL PERÚ, CREACIÓN DE BOLIVIA (1822 a 1824)
    (Encuentro de Bolívar con San Martín y Manuelita Sáenz)

    Para el plan Continental, necesitaba Bolívar, de ejército comprometido,
    e igualmente prometía, libertad a los esclavos para lograr la salida.

    Escribiendo a Santander, nuevamente le expresaba, lo presente había pasado
    y el futuro propiedad era de hombres que vivían lanzados en regiones de ilusión, apetito y deseo ficticio.

    Que no podrían comprar la paz con 60.000 hombres; que si creía que la gloria
    y también la libertad, Minas de Cundinamarca servirían para comprarla.

    En otra carta insistía, prometiéndole visita, para dejarlo arreglado; que 4 o 5 mil hombres tuviese por adelantado, para que el Perú les diese la hermana de Boyacá y también de Carabobo.

    Que sin la gloria no iría, perdían camino a la vida o seguían el de la gloria, para no perder el fruto logrado en los 11 años; que San Martín solo le viese como el hijo predilecto; mandar a todos al Sur para formarles allí como ejército libertador.

    Bolívar que ya buscaba, liberación del Perú, la vía al mar consideraba como vía excepcional, pero allá en Chile no hallaba, el apoyo de la armada, ésta libraba en Pacífico, su acción contra el español.

    En virtud del contratiempo, Bolívar planificaba, movilizarse por tierra, con rumbo a Buenaventura, trasladar escuadra al Puerto, con transporte en Guayaquil, la que se uniría con Sucre, que próximo a Quito actuaba; otros, hacia Popayán, hostilizarían a Pasto, por que a Quito no atacaran.

    BATALLA DE BOMBONÁ: 22 de abril de 1822

    Bolívar tuvo noticias, que realistas recorrían, el mar, su ruta obligada, para el paso a Guayaquil, teniendo que suspender el plan que había implementado y regresar a Popayán.

    Emprendió camino a Pasto, por peligrosos parajes, pero el clima montañoso, en los abruptos senderos, favorecía a los realistas que conocían el terreno; soportaban emboscadas e infinidad de sorpresas, caballería inutilizaban, enemigos con más fuerza, desde Quito a Popayán, distribuidos con fiereza.

    Comprobando ya cerrado, el camino, por realistas, buscaba una acción frontal, para superar aristas, la que por fin consiguió, en abril del 22 batallando en Bomboná.

    En acción desesperada, se tornaba el español, y don Basilio García, comandante de esas tropas, aceptó proposición, por tanto capitulaba.

    BATALLA DE PICHINCHA: 24 de mayo de 1822

    Otra batalla triunfal se libró en el Ecuador, la Batalla de Pichincha, en mayo del 22, pues las juntas conformadas, en Quito, en el año 20, todas habían fracasado, y la expedición de Olmedo, en Guachi fue derrotada.

    Patriotas piden ayuda, Bolívar les envía a Sucre, que igualmente es derrotado, pero San Martín le ayuda con tropas que proporciona, y en la batalla triunfal liberado es Ecuador; el camino despejaban hacia campos del Perú.

    El 17 de junio del 822, Bolívar envió una carta al General San Martín, anunciando satisfacción pues la guerra terminaba, liberada era Colombia. En ella ofrecía su ejército a los hermanos del Sur, decía que por tantos signos, eran primeros amigos y de armas sus compañeros.

    ESFUERZOS DE SAN MARTÍN POR LIBERAR AL PERÚ, UNA VEZ LIBERADA ARGENTINA:

    Analicemos ahora, la historia de Chile y Argentina, para entender el encuentro, de San Martín y Bolívar.

    Una vez liberada la Argentina surgieron montoneras, las que aspiraban como en Venezuela, conformar sus gobiernos; solo que en Buenos Aires se creó la Logia de Lautaro, aristocrática, que en el Plata organizó la lucha diplomática.

    Nombrado fue el gran Duque de Luca de los Borbón de París, soberano en Río de La Plata, que Constitución empaña al dar nuevo matiz.

    Don José de San Martín “Libertador” pertenecía a la Logia, que defendía independencia con la idea de controlar montoneras.

    Sucedió entonces que en la Banda Oriental, José Gervasio Artigas, venció a Belgrano y proclamó la independencia de todas las provincias.

    A Montevideo y Buenos Aires los realistas, del Perú avanzaban sin clemencia, por ello el plan de la Logia suspendían; reponer debían en el Norte de Belgrano a los frentes Vilva Pugio y Ayohuma derrotados con violencia.

    General de los Ejércitos fue nombrado por ende San Martín, quien al notar que la Logia había fracasado, planeaba entonces con Perú y su aristocracia conformar monarquía afín.

    Junto con Chile fijaron en Perú, jurisdicción para la alianza, conteniendo a montoneras que en revolución se exaltan.

    Plantear querían una Constitución, en armonía con el grado, con instrucción, género de vida y hábito; con las leyes apropiadas al carácter y manteniendo barreras.

    San Martín construyó una ciudadela en Provincia del Cuyo, llamada Ciudad Mendoza y cuya escuela, sirvió a las tropas por entrenamiento suyo.
    Se proponía igualmente pasar a Chile, para acabar con los godos y así lograr penetrar la vía de Lima, hacia el Perú para liberar a todos.

    Los emigrados chilenos se oponían por ser nacionalistas, a que su nación fuese anexada a la Argentina, por el sistema patriciado que defendía la monarquía.

    Entre ellos estaba Bernardo O´Higgins y los hermanos Carrera, éstos últimos férreos opositores, revolución en el Plata preparaban pues federación clamaban.

    San Martín planeo rechazo a Los Carrera y buscó convencer a Bernardo O´Higgins, para que el plan Continental por fin se diera y en batallas decisivas mueren hermanos Carrera.

    Con absoluto control ahora ordenaba, hacia Los Patos las marchas desde Mendoza, cruzando el Macizo Andino las efectuaba, en el año 17, de enero a febrero del 5 al 12.

    Vencidos fueron realistas en Chacabuco, pero no actuó contra el Virrey del Perú, porque aumentar quería en Chile sus ejércitos y gravemente se organizaron los realistas en Concepción.

    El mismo año 17 en Chacabuco, realistas se organizan, apoyados firmemente por Osorio y por ende O´Higgins pierde a Talcahuano.

    A San Martín veterano, derrotan en Cancharrayada, teniendo que suspender plan de campaña peruana; tres años más le costó la reconquista de Chile, cuatro batallas al Sur libró por fatal error.

    El mes de abril, año 18, Don San Martín logra la victoria, en la Batalla de Maipú, cuando en Santiago logra la gloria; la población en La Plata, reacia estaba por los Carrera, y las clases dominantes rechazo muestran a Bernardo O´Higgins, por su influencia en el país; cediendo oportunidades, San Martín se fue a Argentina, sus tropas envió a Mendoza y él a Buenos Aires fue.

    Situación diferente en Buenos Aires vio, a la de año 14 cuando de allí salió, pues López y Quiroga con Bustos y Ramírez levantaban banderas por la Federación.

    Con las montoneras, indios y mestizos, todos estaban contra los porteños. Optó por empréstito, mantener sus tropas de Mendoza y a Chile marchó.

    Pudo comprobar que O´Higgins actuó muy dictatorial, porque le tocó disputa en Pacífico con el Español; descontento en la clase aumentó.

    Se unió a San Martín, don Bernardo O´Higgins, 4000 hombres de ayuda le dio y equipos también para invadir Perú.

    Al tiempo la Argentina sus tropas le pidió, pues ya las montoneras venían victoriosas a capital del Plata y San Martín pensó, devolvérselas pronto a Rondeau anunció.

    Pero en Buenos Aires milicias rebeldes, tomaron control de aquellas provincias; San Martín pensó solución monarca y con los realistas del Perú actuó.

    Fingió ataque “reuma” y a Caquenes fue, en aguas termales a O´Higgins pidió, que en Aconcagua reuniera tropas, caballería, mulas “paso de Los Andes” previó.

    Caudillos en Argentina se dividían los Estados; Mitre contaba no había gobierno a quien poderle obedecer, pues solo había un general que había desobedecido al desaparecido en ejército.

    Con el Acta de Rancagua separan ejército de Los Andes, de la Nación Argentina, San Martín “Generalísimo” acuartela tropa en Valparaíso.

    En 1820 se une tropa a armada chilena, comandada es por Cochrane, quien era marino inglés; 4.300 hombres contaba en Infantería, 625 jinetes y transportes 16; escoltas buques de guerra, dirigiéndose al Perú.

    Cochrane había aconsejado dirigirse al Callao, San Martín se fue al Sur, directo a Playa de Pisco, para hablar con el Virrey en Miraflores al Sur.

    Según el Virrey Pezuela dijo a Embajador en Brasil, en encuentro no hubo acuerdo, San Martín quiso independencia, aún cuando sus diputados proponían corona a príncipe que también fue rechazada.

    San Martín decide entonces pactar con aristocracia que en Perú estaba instalada, por monarquía americana; de Pisco viaja hacia el Norte, se separa de Cochrane, desconcertando a realistas, quienes levantan al Norte.

    Gana intendencia en Trujillo, gobernaba Torre Tagle, pero constitucionalistas querían Constitución de Cádiz, enfrentándose a Pezuela que revueltas fomentaba.

    En enero del 21, Canterac junto a Valdez, renuncia exige a Pezuela y nombra al Virrey Laserna, invitando a San Martín para una negociación, la que en Torre Blanca acuerdan.

    Delegados de San Martín le proponen a Laserna, coronar Príncipe en América, manteniendo independencia y el Virrey que sea acatada la Constitución de Cádiz.

    España había enviado a Abreau, quien exasperó los bandos, que en mesa ponen sus cartas y por tanto no hubo acuerdo; Guido decía a San Martín, tendría que insurreccionar a todo criollo peruano.

    Los del Virrey sentenciaban, preferían Imperio de Incas, antes al de los rebeldes; Valdez retaba que listo tenía ya un descendiente si emperador proclamaban.

    Laserna con San Martín fijaron una entrevista, en Punchauca el 2 de julio; San Martín propuso entonces la regencia independiente, hasta que llegara el Principe; Laserna de Presidente, además dos corregentes de realistas y patriotas.

    San Martín se iba a España para establecer acuerdo; Abreau dijo aceptar y Laserna consultar todas las corporaciones; reunió tropas en Lima, ofreció banquete y brindis e “independencia” celebró.

    Virrey Laserna no consultó a todas las corporaciones, solo habló con oficiales que deseaban el acuerdo y el acuerdo fracasó.

    Comprometida quedaba entonces la diplomacia de San Martín, quien no debía utilizar armas y ahora esperaba para este fin, rebelión de Monteagudo, junto con su aristocracia.

    Virrey Laserna se fue de Lima, dejó la Costa a Sierra marchó, con sus fanáticos indígenas que apoyo daban con el clero.

    Don San Martín le aventajaba, muy pesimista a Lima entró, pues no sabía si aristocracia apoyo daría contra el español; los habitantes de Lima se hallaban entusiasmados y con especial agrado le nombraron Protector.

    Laserna ordenó a Canterac, situarse en Jauja, en Puno reforzar guarnición; Arequipa, Tacna y Alto Perú igualar. A pesar de esfuerzos, Monteagudo-San Martín, no aumentaban tropas, nobleza miraba con temor.

    Los realistas de la Sierra, atacaban patriotas, bajando laderas infringían derrotas. San Martín no preparado a crisis llegó, sin ninguna transacción ataque fracasó; golpeadas eran fronteras del Plata contra Perú.

    Nuevos soldados de Chile enviaban al Cuzco; refuerzos del Plata no llegaban porque Gutiérrez, no halló tropas ni recursos para Buenos Aires, Provincias se defendían de montoneras, las que a menudo asaltaban, poco apoyo ofrecía Cavero, pero tampoco ayudaba recordando la primera expedición.

    San Martín muy preocupado, disimulando orgullo pensó, en pedir ayuda a Colombia, adelantando su paso en la acción; incorporar quiso Guayaquil, con influencia por ende al Perú y ganar popularidad que perdiera en la región. Descontento había con ejército, a Torre Tagle de Lima encargó, asegurar quería Guayaquil para entrevista con Libertador.

    Cuando don San Martín entró en ciudad de Lima, como expresamos, de inmediato le nombraron Protector; le recibieron Manuela Sáenz y Rosita Campuzano, que coadyuvaron para la celebración.

    San Martín condecoró a Manuela, la Coronela, como Caballeresa del Sol, la que en campaña trabajó; con apego a la revolución, las reuniones acostumbró, allá en su casa, y Jaime Thorne, ya no aguantaba preocupación.

    Con Rosita Campuzano a Conciliábulos se sumó, pues recordaba desde la infancia cuando su padre a reos patriotas transportó.

    Doña María Aizpuru de Simón Sáenz, español, se enamoró; pero él casado no compartió, con ella y Manuela en interacción.

    La madre al ver atrocidades hacia patriotas, a la Costa se mudo; y a Manuelita en el Convento “Santa Catalina” decidió su formación.

    Fausto D´Elhuyar, otro español, quien la seguía en el Convento, la sacó engañada y la rechazó y aquella joven un cambio muy notable dio, conoció a Thorne, a quien no amaba y solo el círculo social le interesó.

    Por ello Manuela se involucraba en el proceso de aquella revolución y una vez condecorada, Rosita pues le aconsejó, volviera pronto al Ecuador, por cuanto el Padre siendo español, en represalias podía caer al San Martín tomar el control.

    Llegando a Quito se percataba que a Quito entraba otro Libertador, Simón Bolívar él se llamaba y una guirnalda le lanzó desde el balcón.

    Con su caballo, Bolívar, tascando el freno llegó, y con seiscientos jinetes en aquella ola se fundió, engalanaba su traje con la banda tricolor.

    Pantalón paño de grana, bordados en los hombros, entorchados, charreteras atinentes al general, su espada mismo metal y grandes botas al montar.

    Allá en la plaza Central muchas salvas de victoria, se confundían con las voces al grito ¡Viva Bolívar! ¡Viva nuestro Libertador! indios con trajes, mantas de color, rompían filas de soldados para tocar al Libertador.

    En el Palacio de Obispos corona se le arrojó, y al levantar su mirada Manuela Sáenz le cautivó; idolatra le había hecho de la humanidad hermosa, luego expresó.

    Manuela encontraba al héroe, ese que tanto anheló, íntimamente le ansiaba y distraída se le vio; 12 Ninfas lo coronaban pero Manuela no puso atención; pensó encontrarle y halló ocasión.

    La Casa Municipal rindió homenaje al Libertador, le dispuso un gran sitial junto a su Estado Mayor; con Juan Larrea, Manuela, se presentó al Libertador.

    Inmediata fue atracción, la ceremonia olvidaron, Bolívar le vio bailar y al momento la sacó; toda la noche bailaron y entrega total surgió con pasión. Grandezas, debilidades, resentimientos y dolor, compartían los enamorados, ternura en Manuela transmitía protección.

    Aún cuando se separaban y él a Guayaquil marchó, Manuela se involucraba profesándole devoción; fulguraciones históricas Bolívar experimentó.

    Las fuerzas de Boyacá y también las de Carabobo, más las de Río de La Plata en Guayaquil se encontraron; los ejércitos Chilenos con San Martín vendrían muy pronto.

    Bolívar llega a Guayaquil en julio del 22; con sus 1500 hombres, arcos triunfales brindó población; pero Junta de Gobierno y Patriciado reserva mostró. Intuyendo tal reserva, Bolívar notificó, que acogería en Guayaquil a su pueblo en protección, dentro de la Gran Colombia y del mando se encargó.

    San Martín llegaba a Puna y sorpresa se llevó, pues fueron a recibirle edecanes de Bolívar y a Guido escribió, el que ya el Libertador de la mano le ganó; disimulando despecho agradeció invitación, e interés demostró por el Libertador; a tierra no descendió, propuso que al día siguiente.

    Llegó el día y el Libertador le hizo calle de honor, con banderas de Colombia, Perú, Argentina y bandas de guerra; lo que le motiva y así determina bajar de Goleta anclada en el Puerto y que nombre llevaba de Macedonia.

    Espectadores le observan, marcial era su talante; adornos no acostumbraba, vestía uniforme y hombre era prudente; el sabía anticiparse y conjugar voluntades, distrayendo pasiones buscaba lograr los proyectos con firme intención.

    Educado fue en Europa, luego europeo formó su ejército; con disciplina triunfó en Chile cual Napoleón; solo que ahí las montoneras no afectaron como en Venezuela; gobierno fácil buscaba sin confrontar clases, con las viejas fases y apoyo en las bases de la Monarquía colonial.

    Bolívar quería equilibrio, nuevas bases en lo social, calurosa bienvenida con “salvas y diana” a San Martín le daba.

    Ambos próceres se abrazaron, residencia fue otorgada; San Martín postergó reunión y más tarde llegó junto a sus edecanes.

    En secreto esbozó planes, según lo contó Bolívar. San Martín hizo preguntas vagas e inconexas sobre militares; sobre los asuntos graves y triviales, sin profundizar; con algún estudio y por tanto él mostraba actitud parecida, sin escoger temas, hasta no saber sobre su intención.

    San Martín preguntó a Bolívar, si a él no le disgustaban, pellejerías de Guayaquil, disturbio político, “porteño” usó el término.

    Bolívar le respondió, que política del puerto, ya se había solucionado con adhesión a Colombia y pronto habrían comicios.

    San martín le refirió, impreparación de pueblos, para establecer gobiernos republicanos y democráticos; que en Quito y Guayaquil fraguaban conspiración, Estado independiente; que él por lo tanto marcharía a Mendoza, renuncia anunciaba al Protectorado y a la reelección antes de concluir guerra.

    Un pliego de peticiones, dejaría en el Congreso, para establecer las bases del nuevo gobierno y expresó por eso:
    Que no debía ser demócrata, en Perú no convenía, más bien Príncipe de Europa era lo que a Bolívar San Martín advertía.

    Bolívar con gran franqueza, manifestó se oponía a coronar príncipe de Europa, opinión popular en la República había.

    No había condición social para el sistema monarca; ensayos no necesitaban con regímenes exóticos, solo adoptar un sistema típico en el nuevo mundo, no autocrático ni colonial;

    Forma capaz de permitir por solidez de estructura política, ascenso a las condiciones de vida a extensas masas del pueblo americano, y cumplir el proceso sin peligro político, así culminaba diciéndole a San Martín el Libertador.

    San Martín mostró su alarma, por proceder radical de América contra España, que la vía llevaría al caos y a la guerra civil.

    Que imposible sería organizarla posteriormente en estados, sólo institución monarca negociaría con imperios emancipando Nuevo Mundo; sin pasiones populares contra las clases patricias, únicas que eran capaces para la organización política.

    Contundente Bolívar le dio su respuesta: que fácil creían ponerse corona y que la adoraran, porque ya el tiempo de las monarquías se había ido y hasta que la corrupción del hombre no ahogase el amor que tenían por la libertad, tronos no volverían como moda en la opinión.

    Que si dijesen que la tierra tenía trono y altura, diría movimientos antiguos minados con pólvora moderna, con mechas encendidas de furiosos que poco caso hacían a estragos; no en vano experimentó en la guerra, el odio clasista como en el caso de Boves.

    Pugnacidad vio San Martín en Bolívar, y decidió no plantearle lo del tema militar en la ocasión, por su prestigio en Perú y en Argentina. Manifestó que al enemigo en Perú consideraba menos fuerte, aunque audaces eran sus jefes no les creía temibles.

    Por su astucia con Bolívar, el duelo era diplomático, propondría cooperación en el campo militar, evitando así menguar su influencia allí en el Perú, sin contarle del fracaso de Cavero y de Gutiérrez, pues ello sería aceptar que empresa de libertad, no pertenecía a Argentina, sería entonces colombiana.

    Una alianza defensiva y ofensiva, San Martín pretendía con Bolívar, con reclutas, materiales y reemplazo de tropas perdidas, un carácter argentino esta tendría.

    Recordó que el año 20, Bolívar mandó a Mosquera, para un tratado lograr y Liga confederar con Perú, Chile y Argentina y con apoyo militar; se apresuró a manifestar cierto interés por la Liga, que esta no tendría que actuar bajo Congreso Confederal, proyectado por Bolívar en región de Panamá, solo entre Perú y Colombia quería el acuerdo lograr.

    Bolívar pudo notar que en San Martín tanto esmero, obedecía a insurrección que propició Riva Agüero, cuando allá en Lima abusó con oficiales porteños y Monteagudo se alzó.

    Bolívar a San Martín “satisfacción” le expresó por haberle conocido; el convenio no aceptó pues contra el pueblo sería el servicio de tropas hacia otro estado; más pensando en arreglo, le ofreció de Guayaquil los 1800 hombres que tenía una división.

    Al San Martín considerar que con esas tropas pobres, ya no podría maniobrar ni expresar condición Argentina, sintió se iba a derrumbar aquel avance político, para su empresa lograr en la América Meridional.

    Agasajo en despedida Bolívar dio, al General y al muelle le acompañó, con abrazo le despidió en el lugar; poco después que San Martín llegó al Perú, finalizó su vida política y militar. Y como ya a su salud, dolencia pudo afectar, teniendo que usar morfina, paciencia no tendría más, pues el pueblo, contra aquella monarquía siempre se iba a revelar. Más su opinión sobre Bolívar manifestó con transparencia; expresó que merecía, por sus hechos militares, considerarle como el hombre extraordinario que en Sur de América produjo constancia a prueba; le imprimía un sello muy especial, “mayor tensión en dificultad sin abatirse por ellas; aún con los grandes peligros que arrastrase su alma ardiente”.

    Lejos de la incertidumbre, Bolívar quiso regresar, pronto al lado de Manuela, y ante la dificultad, habló a familia quiteña para el encuentro lograr allá en la hacienda El Garzal.

    En ruta hacia el río Guayas, próximo a Babahoyo, tierra donde iba a pasar, Manuela con impaciencia al lugar le fue a esperar y muy feliz le abrazó. Transitoria oportunidad, Bolívar marchó a la Sierra, ella en Quito iba a esperar y a enfrentar murmuración de imprudente sociedad.

    Posterior a este reencuentro muchas cartas se perdieron, más se logró rescatar una que expresaba antojos, amor y sinceridad: “Tu quieres verme siquiera con los ojos, yo quiero verte y reverte, y tocarte y sentirte y saborearte y unirte a mi por todos los contactos”. Le expresó deseos compactos y luego le preguntó “¿A que tú no me quieres tanto como yo? pues bien, esa es la más pura y la más cordial verdad”. “Aprende a amar y no te vayas ni aún con Dios mismo”; despertó del espejismo en la Sierra Ecuatorial, presencia era primordial, por la situación política y en Cuenca se fue a hospedar. Allí su vida cambió, solo expresaba sus loas en carta a las Caraicoas que amigas eran de Manuela y a las que comunicaba que la iglesia de él se apoderaba, vivía como en oratorio, monjas mandaban comida, canónigos le refrescaban; tedeum era su canto, oración mental su sueño, meditaba en las bellezas de Provincia en Guayaquil y modestia de serranas, que no querían ver a nadie por tener miedo al pecado; su vida era espiritual, cuando volviesen a verle estaría angelicalizado.

    San Martín partió hacia Chile, dejó el mando del Perú, y Bolívar avistó ineludible intervención. A Santander escribió pensaba ir a Bogotá, cediendo a instancias de él por razones para ello; pero cambió resolución: que levantase 4.000 hombres mandándolos al Perú, o los llevase, por no confiar en nadie en país difícil, donde no había que comer y además era carísimo; no tenía agua, estaba helado, sin gobierno todos mandaban; el enemigo parecía temible, cambiaría suerte de América si no ponían resistencia de manera victoriosa.

    Comenzó marcha tortuosa y en el camino pensaba que el Perú dos elementos enemigos encerraba, ello era oro y esclavos, sumisión y explotación había allí por el trabajo, nadie se insurreccionaba; interactuaba el indígena en las minas explotado, bajo el orden colonial y permitía el intercambio, con la España, que con maña sostenía puntos de vista; aristocracia y Virrey con títulos de nobleza y 6.000 coches ya lista, continentalizar aspiraba la resistencia realista.

    El fracaso en el Perú de argentinos y chilenos, proporcionaba a Bolívar oportunidad política; la clase republicana alejada fue con crítica de pobladores y españoles, mientras milicia y políticos el espacio disputaban, en pos de sus ambiciones; la intervención extranjera, con renuencia, no aceptaban por no perder posiciones.

    En el año 22 el Congreso había asumido la dirección del Estado. Ejecutivo reemplazado por juntas sin facultades que sacrificó recursos y soldados, con alianzas que hacían con los españoles. 8.000 hombres formó, San Martín, bajo los mandos, de Alvarado que fue al Sur y en Lima con Arenales.

    En un ataque a la Sierra por factores geográficos, destrozados fueron tales, cuando Valdez, Canterac y Laserna fueron hábiles, diezmando tropa a Alvarado. Las facciones del Congreso le pedían tropa a arenales, pidiendo que interviniesen en Lima por rivalidades; presión pública aumentó, la casta criolla nombró Presidente a Riva Agüero y éste pidió fuerzas reales tanto de Chile, Colombia y de Argentina en Buenos Aires.

    De Chile y de Buenos aires no llegó ayuda esperada, por cuanto no habían recursos y en lo interno habían rivales; Colombia si respondió, pues Bolívar ofreció 6.000 hombres y ayudarles. Al no recibir ayuda de Chile y de Buenos Aires, Riva Agüero decidió optar mejor por la espera y que Bolívar decidiera intervenir en contienda, sin que compromiso hubiera.

    Oficiales de Bolívar “invadir” le aconsejaban, desconociendo a Riva Agüero, puesto que los españoles en la Sierra ya aumentaban, pero el no se impacientaba pues voluble era aquel pueblo. Participó a Riva Agüero que el Congreso de Colombia no daba autorización, por tanto le ordenó a Sucre servir como Embajador, evitando operaciones cuyo éxito fuese dudoso, aprovechando políticas que facultad le otorgaran. Sucre entre tanto informaba haber dicho a Riva Agüero, que el Libertador vendría solo con la dignidad y facultad necesarias, para dirigir la guerra con amplitud en Asambleas.

    La opinión pública notó contraste entre Riva Agüero con ingenio de Bolívar, pero aún había división. Riva agüero al darse cuenta, seriamente preocupado, buscó apoyo del partido argentino en el Perú, aún cuando había desdeñado de la milicia argentina.

    Recordó que San Martín apoyo había manifestado, en un caso necesario y escribió a fin que aceptase volver y asumir el mando; defenderles del imperio, tildando así al colombiano.

    San Martín con gran enfado respondió en forma molesta, que lo de su ofrecimiento no era hacia un particular ni menos a su persona; que como decía que iría a la cabeza del ejército ubicado allá en Guaraz; habría acaso un oficial capaz de servir a esa Patria bajo órdenes de un canalla, “Imposible” le indicaba; admirado dijo “¡eh basta!” que un pícaro no era capaz de llamar y por más tiempo la atención de un hombre honrado.

    Por fracaso ante respuesta, Riva Agüero decidió, ordenar a Santa Cruz, atacar pronto la Sierra, sin ayuda de Bolívar, demostrando que la guerra se podía adelantar, sin pensar que los recursos del Perú comprometía.

    Del callao venían las tropas y se enteró Canterac, por tanto en Jauja ordenó riqueza en Lima tomar y luego avanzó a la Sierra dirigiéndose hacia el Sur; 9000 hombres en tropa tenía ejército español. Sucre, al saber del talud que pronto se avecinaba, emprendió marcha al Callao que Bolívar recomendaba; asimismo, Riva Agüero, solicitó protección siguiéndole en retirada.

    Expulsaba y desterraba el Congreso a Riva Agüero, situación que favorable, a Sucre le daba acceso, pues hábil había terciado la opinión con los partidos, proponiendo al Libertador para dirigir la guerra. El Congreso, ya sin tregua, emitió pronto el decreto rogándole aceptación, lo que fue el más grande honor.

    El ataque a Santa Cruz, en el Sur, aún continuaba y en julio del 23 Canterac tomaba a Lima, Santa Cruz desembarcaba y Canterac marchó a la Sierra, los recursos se llevaba. Sucre apoyó a Santa Cruz y volvió a tomar a Lima con la división Chilena y también la colombiana. Riva Agüero, en forma plena, cuando ataque se aproxima, busca refugio en Trujillo, negociando con Virrey y propone un armisticio; luego se dispone a oficio de ordenar a Santa Cruz, el no obedecer a Sucre, así ayuda se frustraba.

    Contingentes enemigos a Santa Cruz atacaban, sin que ayuda le llegara, teniendo que huir a la Costa; pero tal fue la derrota que de 5..000 hombres, solo le quedó 800; Sucre regresó hacia el Norte, su acción se inutilizaba.

    Al enterarse Bolívar consideró que Riva Agüero, aliándose al español acarrearía impedimentos, por tanto asió en su regazo proposición del Congreso, en que el embarque de fuerzas lo hiciese del Chimborazo.

    DELIRIO EN EL CHIMBORAZO:

    Allá en el Chimborazo Bolívar se transportó,
    deliraba por la forma de corregir la vanidad;
    que el triunfo no afectara, centrarse en la realidad,
    con la moral y verdad el camino despejar.

    Envuelto venía en Iris hermoso,
    el Dios de las Aguas, Arco del Orinoco
    que atraviesa Amazonas, subir quiso Atalaya,
    profundo universo quiso visitar.

    Con huellas de Humboldt y La Condamine,
    geógrafos que en América estudios eximen,
    subió a región glaciar, eter sofocó su aliento,
    donde ningún humano hollar pudo corona.
    Esa diamantina, dominadora de Los Andes,
    imaginó que el Iris servía de estandarte;
    recorrió regiones infernales, ríos y mares
    sobre hombros de Los Andes a pies de Colombia.

    La tierra se allanaba sin detener libertad
    y el Iris humilló a Belona, diosa de guerra
    que tenían los Romanos, y además pensó en trepar
    sobre el canoso gigante: la Montaña de Los Andes.

    Si podré repetía dejando atrás las huellas
    de Humboldt-Condamine, con cristales que empañan,
    circuyen Chimborazo, y el genio que animaba
    desfalleció al firmamento que vio.

    En frente tenía “abismo” y continuó el “espejismo,
    delirio y fuego”;
    era aquel fuego el Dios de Colombia y ante él
    se interpuso el tiempo.

    Con despojos y edades, ceñudo, inclinado y calvo,
    con su tez rizada y una hoz en la mano,
    ser padre de los siglos, arcano secreto y fama,
    con madre eternidad procedió a expresar.

    Ser límite infinito sin sepulcro le advierte,
    superior a la muerte, pasado futuro y presente,
    criticando le dijo ¿por qué te envaneces niño viejo,
    hombre o héroe crees que es algo tu universo?

    Que levantaros sobre un átomo de la creación es elevaros.
    Pensáis que los instantes que llamáis siglos
    pueden servir de medida a mis arcanos.
    Imagináis que habéis visto la santa verdad,
    suponéis locamente que vuestras acciones,
    tienen algún precio,
    a mis ojos todo es menor que un punto a presencia
    de infinito que es mi hermano.

    Enfrentándose en aquel fuego, sobrecogido de un terror sagrado,
    el Libertador respondió “¿Cómo? ¡Oh tiempo!
    no ha de desvanecerse el mísero mortal que ha subido tan alto,
    he pasado a todos los hombres en fortuna porque me elevado
    sobre la cabeza de todos.

    Yo domino la tierra, con mis plantas llego al eterno con mis manos.
    Siento las prisiones infernales bullir bajo mis pasos;
    estoy mirando, rutilantes astros, los soles infinitos,
    miro sin asombro el espacio que encierra la materia
    y en su rostro leo la historia del pasado
    y los pensamientos del destino”.

    He aquí la reflexión que en su delirio divino,
    el Libertador se dio enfrentado con el tiempo,
    “¡observa!” le dijo el tiempo, “¡aprende!,
    conserva en tu mente lo que has visto
    dibuja a los ojos de tus semejantes;
    el cuadro del universo físico del universo moral,
    no escondas los secretos que el cielo te ha revelado,
    di la verdad a los hombres!” y desapareció,
    y el romántico Bolívar ahí se criticó.

    Absorto y yerto quedó, tendido sobre el diamante
    que como lecho le sirvió y la voz de Colombia le gritó;
    resucitó, se incorporó, abrió sus pesados párpados
    y su delirio escribió.

    No obstante Los Andes cruzó completando victorias, seguid leyendo la historia que comenzó en Monte Sacro, al jurar proyecto “Macro” para lograr liberación y proponerlo en toda Nación.

    El embarque de las tropas se cumplió, allá en el Chimborazo, y el 6 de agosto del 823, Bolívar partió con rumbo hacia el Callao.

    Recibido fue por el Marqués Torre Tagle, sucesor de Riva Agüero, con cañones de saludo y gran esmero; corto fue el tiempo por multitud que esperaba en Lima.

    Damas finas se apostaban en ventanas, el Congreso comisión había asignado, solo que allí los miembros del patriciado, esperaban desconfiados.

    Disipado fue el temor que había en el pueblo, pues leyendas habían regado, “Jefe de un clan bárbaro que buscaba botín”, al Libertador habían tildado; pero con su simpatía y gentileza el pueblo era cautivado.

    En centro social se convirtió su vida en Lima, defendido era por quienes le hostilizaron, aunque el enemigo aliado inventó intrigas y aventuras en el amor se le endilgaron.

    Escribiendo a Santander decía Bolívar, que satisfecho se sentía con el trato, con patriotismo y alta estima de los hombres y las damas; por sacrificio y decisión con que le hablaban. Al mismo tiempo opinaba, no erraría interpretaciones, pues las clases confrontaban monarquía y revolución.

    Argentinos y Chilenos con los de Lima, le ofrecieron banquete; Bolívar alzó su copa por no observar, trono sobre el territorio como el de Napoleón, sumergido en el océano; o como Iturbide en México, así debería caer usurpador en Nuevo Mundo. Develado quedó entonces secreto con San Martín, por claro pronunciamiento; intentaba en el momento, el manejar muy sutil facciones e impedimentos, de Riva Agüero en Trujillo y Torre Tagle en Congreso, quien disimuladamente, le intentaba utilizar por destruir a Riva Augero.

    Optaba Bolívar entonces por el que disimulaba, pues Riva Agüero se aliaba con el español expreso; escritos interceptaba en que los bandos preguntaban si atacaban a Riva Agüero, por tanto se los mostraba a Gutiérrez de La Fuente, el emisario de Agüero, develándoles el juego.

    Bolívar partió hacia el Norte, temía deserción en Trujillo, luego supo que Gutiérrez apresaba a Riva Agüero; poca ilusión tuvo aquello ya que enfermo se sentía, en tropa hubo deserción con continua indisciplina; el ejército español “hombres” tenía 18.000, mientras que en su división contaba con 5000.

    Por difícil situación, despachaba a Diego Ibarra, que al Congreso y Santander solicitara recursos, que les diese a conocer peligro que había en el Sur, pero presentía respuesta que Santander le daría. En su carta le decía, verlo saltando le parecía, como si hombres 12000 muchos fueran para contener a vencedores de la América “Meridional” le advertía; pues no lo eran y se acordara que si Colombia no hacía este nuevo sacrificio, otro mayor decía que haría, perdiendo su libertad y fortuna le advertía; buscaba de forma alguna oportunidad de triunfo, con respaldo de Colombia y agitar masas indígenas; la única opción oportuna, era distanciarlas del Rey, pues monarquía estaba en pie y destruirla era la ley.

    Enfrentamientos había por reaccionarios coloniales y en febrero del 24 Torre Tagle conspiraba, alianza estrecha buscaba con peruanos, argentinos, con Virrey y generales para expulsar a Bolívar; enemigo común decían pues privilegios querían.

    Pero difícil la acción al actuar se prevenía de no despertar atención del Libertador Bolívar, el que ya muy preocupado por dilación colombiana, aceptó proposición que Sucre recomendaba.

    Simular el armisticio propuesto por Riva Agüero, sin saber que Torre Tagle su conspiración planeaba, a Torre Tagle ordenaba iniciar negociación, para retrasar la acción que en la costa se tramaba.

    Aprovechando ocasión Torre Tagle envió a Terán, para hablar con Canterac, sin recibir contestación, y el 17 de enero encontró oportunidad, a Berindoaga mandó como Ministro de Guerra y a Herrán que era un español con otro ayudante más.

    Canterac comisionó a Noriega y Garcia Gamba, para hablar con emisarios que el día 26 llegaron, Berindoaga planteó la propuesta de Bolívar, solicitando entrevista para hablar con el Virrey; al mismo tiempo tramó que Herrán fuese hacia Huancayo, a planear con Canterac pronto la conspiración; Necochea les descubrió por cartas que estos se enviaban desde enero del 24 en que conspiración tramaban.

    En cartas interceptadas de Berindoaga a Rodil, se informaban no poder moverse de pronto a Lima, pues las fuerzas colombianas estaban en Guamelíes y que tomarían a Jauja por tanto les preocupaba.

    Proyecto T.T informaba Berindoaga a Rodil, para batir a Bolívar y así mismo preguntaba, por tropas de Riva Agüero y si en el Sur operaba la división Panameña ¿Por dónde vendría Bolívar?. ¿Al marchar sobre él qué haría? igualmente preguntaba, y que tenía fuerzas suficientes de Valdés en Arequipa, pero le solicitaba declaración detallada sobre su contribución para destruir a Bolívar, a quien monstruo le llamaba.

    Canterac le contestaba que persuadido ya estaba, si con luces él y amigos aquel plan ejecutaban, pero granaderos o húsares dijo no proporcionaba, solo ofreció diversión en Ica y Huancavelica, prometió marchar al frente en rumbo al Valle de Jauja.

    Trabajar en consecuencia si el bien del país querían, en forma particular con el interés de amigos, y en postdata le agregaba informar sobre el por qué del retiro de chilenos y si para siempre pensaban.

    Berindoaga se excusaba por no poder contestar, y en carta del 17 expresó temor de Herrán, pero destruir a Bolívar decía era lo conveniente, fuese cual fuese el partido que allá en España triunfara, que españoles se consideraban en la carta le expresaba.

    Presintiendo ya Bolívar que algo grave ocurría en Lima, a Sucre dejó en el Norte marchando a la Capital, por caminos de la Costa; el clima ardiente afectó su salud, y en Patilvica, el tabardillo que le dio alarmó a sus oficiales, fiebre entre vida y muerte notaban.

    Con su espíritu tan fuerte reponíase de manera, que en Patilvica se entera llegada de Simón Rodríguez a República en Colombia y ansioso carta le escribe, demostrando pesadumbre por 18 años pasados de no haber interactuado por aquella guerra lúgubre:

    ¡Oh mi maestro! ¡Oh mi amigo! ¡Oh mi Robinson!
    Usted en Colombia y nada me ha escrito…
    Le procedió a catalogar “hombre extraordinario del mundo”,
    al huésped dijo, del viejo Mundo, que al Nuevo Mundo venía a visitar,
    a una Patria que si olvidada, en su memoria hubo de estar,
    no lo estuvo en su corazón, recordándole con admiración
    el juramento en Monte Sacro que hizo por la libertad.
    Aquel día de eterna gloria que anticipó lo profético
    a aquella misma esperanza que no debían tener
    cuando juró en el lugar.

    Que le debió contemplar, de cerca, aunque a remota distancia;
    que debió seguir sus pasos anticipados por él mismo,
    pues su corazón formó para libertad, justicia,
    para lo grande, lo hermoso, siguiendo él en el sendero
    por el que le señaló.

    Que fue su piloto, aún desde Europa,
    pero grabadas quedaron las lecciones que le dio,
    sin borrar jamás una coma de aquellas grandes sentencias
    presentes ante sus ojos intelectuales
    y seguidas como guías infalibles.

    Que había visto su conducta, sus pensamientos escritos,
    pintada su alma en el papel, sin que dejase de decirse:
    “todo esto es mío, yo sembré esta planta, yo la regué,
    yo la enderecé tierna, ahora robusta, fuerte y fructífera
    he aquí sus frutos, ellos son míos, yo voy a saborearlos
    en el jardín que planté; voy a gozar de sus brazos amigos,
    porque mi derecho es imprescriptible, privativo a todo”.
    Procedió luego a invitarle a viajar muy prontamente
    a reunirse con él, o él volaría a su encuentro.

    Bolívar se entera, “Castillos del Callao”, custodios argentinos al español habían dado y que sin el Pacífico no habría refuerzo colombiano.

    Para evitar mayor mal fuerzas de Torre Tagle, ordenó ir a Trujillo pensó precipitar, traición que desleal Torre Tagle iba a fraguar.

    Las fuerzas de Argentina se unían al español, y la fuerza en Mendoza misma actitud tomó, Decreto Guerra a Muerte Bolívar recordó, aunque no lo aplicó y optó analizar: Congreso granadino ahora sus fuerzas no enviaría, a defender fronteras, y era, que Perú y Argentina, causa abandonarían dando ventaja a los realistas, los que desde el Callao pronto vendrían con la ofensiva.

    Mosquera refirió que con fiebre el Libertador, aún casi aniquilado conservó su valor, su alma se elevó en peligros superior.

    Mosquera recordó palabras de Bolívar, cuando a Sucre en Lima dijo grandes verdades, “Usted es el hombre de la guerra y yo soy el hombre de las dificultades”

    Mosquera preguntó ¿Qué piensa hacer usted ahora? le contestó “triunfar”, y al repreguntar, ¿qué haría para triunfar? contestó que ordenó a caballería en Trujillo tomar caballos buenos: embargar alfalfales, que gordos les tuviesen, y ya él recuperado iría hacia Trujillo, derrota les daría; si sucedía al contrario en tres meses tendría la fuerza y subiría hacia la Cordillera, derrota en Jauja daría.

    Cartas enviaba a Nueva Granada y Venezuela, Mosquera le seguía al desierto de Guarney, donde su ejercicio hacía, débilmente se acostaba en capote de Barragán, y Santa María Julián, siendo que era su edecán, de pie atento le escuchaba, cuando triste le encargaba, describirle a Santander su estado allí en el Perú. Decirle a los compatriotas que él quedaba moribundo en plaza inhospitalaria, peleando a brazo partido, conquistando independencia y seguridad de Colombia.

    Ordenó a sus divisiones retirarse hacia Trujillo, y en territorio enemigo, cargos administrativos ordenó debían tomar, destruir bienes difíciles que fuesen de trasladar; ello impediría política de tierra que era arrasada y el realista podía emplear; que entre ellos y los godos desierto debían crear.

    A Sucre le recordaba cuando Monet tomó a Lima por traición de Torre Tagle y argentinos del Callao, la ciudad no decidió defenderse de Monet, ejército enarboló bandera real y ofreció honor como a San Martín con recepción superior.

    Torre Tagle y el Congreso, junto al Marqués de San Donas de aristocracia limeña fieles fueron a causa española.

    Proclama hizo Torre Tagle en que acusaba a Bolívar y aconsejó desterrarle; le tildó de “error”, “tirano”, con indecentes satélites que encovar deseó al Perú, a ese país opulento, bajo el dominio en Colombia; y que se habían engañado, perfectamente adecuados quería verlos con los españoles, pues era la alternativa que podía evitar la ruina.

    Torre Tagle también contó negociación privada de Bolívar, les dijo fue por ganar tiempo mientras más fuerzas traía y a españoles destruía, envolviéndoles en sus cadenas; confesó que la oportunidad, aprovechó para unión ventajosa con ellos los españoles, a fin de evitar la ruina.

    Seguía recordando Bolívar que al conocerse estos hechos, crisis hubo en colombianos con pérdida de entusiasmo y moral de los soldados. Hasta Sucre aconsejaba abandonar la campaña; no desdeñaría español entrar en un armisticio de uno doce o veinte meses con resultados de Europa si evacuaban al Perú.

    Solo energía excepcional, con arraigo y convicción a oficiales dio confianza cuando habló el Libertador. Les advirtió estar concientes lo horrible para la patria de aquellas las circunstancias, pero no desesperasen les instaba a la República, la que al estar expirando no había muerto todavía. Ejército intacto, invencible, aún Colombia tenía; que 10.000 bravos vendrían de los héroes de Colombia ¿más esperanza querían?.

    Finalizado el recuento que a Sucre expresó Bolívar, su decisión del momento, explicó que obedecía, a importancia que tendría retiro el Virreinato, dijo, “para el Nuevo Mundo”. Deserciones que observaba, podían llevar a entenderse al español con las clases, prolongándose los lazos de dependencia colonial en territorios de Ultramar.

    Envió comunicaciones a México, Centroamérica y Gobierno en Santa Fe. Dijo estar tan penetrado que perdiéndose el Perú, se perdía Sur de Colombia, y el retiro haría imposible que se salvase el ejército, imposible ambas opciones; que la suerte era invariable, morían o allí triunfaban.

    Ordenó confiscar bienes, tomar aldeas en los campos con recursos disponibles, y opinaba ante La Mar, sobre la forma de actuar, sordos ante todo el mundo, porque en guerra el despotismo era lo que alimentaba, no se hacía por amor de Dios.

    Disciplinar a las fuerzas, caballería, infantería, si ya fusiles no había entonces lanzas tenían. Que esperaba de Colombia unos 30.000 fusiles, así como de lanceros la tercera y cuarta fila, no inútiles en combate horribles bajas llenarían.

    Seguía ordenando a La Mar, tomar 5000 reclutas de los que 1000 o 2000 después le podrían quedar; el construir mucho equipo, muchas fortificaciones en todo departamento, cada pueblo, cada hombre serviría en alguna cosa. Ponerlo todo en acción por defender al Perú, de ser posible con dientes, y no dejar paja inútil en el territorio libre.

    Refuerzos 2.500 llegan de enero a febrero con Córdoba de Colombia y al Norte hacia los cuarteles la migración se forzaba, gente ganado y vituallas destruían la retaguardia.

    En abril llegan a Otuzco, donde Bolívar se entera, que Olañeta el español descontento había insurgido en los Altos del Perú, y pensó ¿Qué habría ocurrido?. Resultó ser el motivo que ideas constitucionales aplicadas por Laserna, la población no aceptaba, pues pocos cambios notaba; reinaba el absolutismo, conforme a la era incaica, superior era al de España. Por tanto Olañeta ordenó no movilizar sus tropas, y a Valdés y Canterac desobedeció en sus planes escribiéndole a Laserna.

    Laserna en respuesta ordenó que se trasladara al Cuzco, a fin que fuese juzgado por tribunal militar. Olañeta procedió junto a sus autoridades, a no obedecer sus órdenes y le acusó de traidor a la Monarquía de España, respondiendo con furor, que si sordos al clamor de la razón, aquellos jefes sostenían constitución, con seguridad sus tropas fieles resolvían morir; que esperaban que sus manos no mancharan con la sangre de ellos por ser amigos.

    Laserna tanteo el peligro de refuerzos de Bolívar, por tanto aplazó el ataque contra fuerzas de Colombia para atacar a Olañeta. Valdés, quien fue designado para iniciar el ataque, insistió en que Canterac con sus fuerzas en 6.000, allá en el Valle de Jauja, descendiera hacia la Costa y que atacase a Bolívar. Le inspiraban las victorias del Alvarado y Santa Cruz, sobre ejército peruano y también contra argentinos.

    Canterac que recordaba los años de Guerra a Muerte y contratiempos de Morillo, no demostraba optimismo, por tanto el Virrey Laserna se inclinó por Canterac. Valdés fue al Alto Perú y en Cuzco y Valle de Jauja se adoptó actitud de espera.

    Bolívar captó ventajas en movimientos de Valdés, que 4.000 hombres llevaba a región de Alto Perú, sin la división indígena, bajo el mando de Olañeta; pero ventaja ilusoria vio en aquella división, pues la enorme mole andina dificultaba su meta. Sospechaba el español que con fuerzas colombianas impregnada estaba ésta, claro, no se equivocaba.

    Paso por la Sierra Andina que imaginó en su delirio, significó la acción decisiva por la liberación del Perú, que se completó con las batallas de Junín y Ayacucho.

    Bolívar pues ya pensaba, tramontar la Sierra Andina, sorprendiendo al adversario donde éste no le esperara, agilizando las marchas, para evitar que enemigos se reunieran con dispersos. Ordenes giró a los jefes a fin que se preparasen para la acción militar; por tanto a Sucre escribió lo que debería cumplirse, “todo debe referirse”, le dijo,“ a mis nuevas miras” y “ de marchar adelante”.

    Inmediato acatamiento no recibió hacia el proyecto, por temor a Cumbre Andina. Sucre pues consideraba aguardar en posiciones, esperando los refuerzos, y Bolívar se negaba por dudas con Santander para colaboración; podían desaprovechar aquella oportuna ocasión de división de Olañeta con realistas en la Sierra; por lo tanto en Guamachuco, en Consejo de Oficiales, Bolívar consideró atacar las posiciones enemigas en el Jauja, imponiendo su opinión.

    A división colombiana ordenó acercarse a grietas, que eran pasos naturales de imponente Cordillera. A Heres le comentaba, su esperanza en que enemigos, refuerzos no recibieran de las tropas de Valdés y el Valle fácil dejaran, sin tener que combatir. Si Valdés venía con tropas, entonces lo esperarían en la mejor posición, convidándolo al combate.

    Aprovechar los tres meses de mayor pasto en la Sierra, porque si en el mes de julio no terminaba campaña, irían a acantonamientos donde esperarían refuerzos. Expediciones marítimas solo podrían realizar, pues sin pasto no harían nada en la complicada Sierra.

    Buscando un mejor camino, Bolívar llegaba a Huaylas y emocionante recepción autoridades brindaron; hasta el atrio de la iglesia, por tanto habían decorado y multitud se agolpaba ansiosa por conocerle.

    En medio de aclamaciones junto con sus oficiales, Bolívar subió las gradas, y una vez en el Cabildo los discursos se iniciaron.

    Como respuesta, Bolívar, invitó a todos los pueblos, “levantarse hacia tiranos”, pues ejércitos del mundo se habían armado por Reyes y por hombres poderosos; armaos dijo, vosotros, los primeros por las leyes, por municipios, por débiles y también dijo por justos.

    Corona ordenó el Cabildo, se le entregase a Bolívar, y era en nombre de habitantes; y para la entrega triunfante, por tanto fue designada la joven Manuela Madroño, otra atracción comenzaba que a Bolívar demoraba en la población de Huaylas, pues la joven codiciada por todos era adorada y contaba 18 años.

    Murmuraciones surgían pues asiduos se veían, a lo cual él respondía que no se sometería a ninguna habladuría. Madroño le acompañaba a excursiones por el valle, pero aún con su belleza, lejanía a la gente inspiraba, por decepción amorosa que en el pasado albergara.

    Tanto se identificaron que al regresar a Huanuco, Bolívar no emprendió marcha sin que ella le prometiese que le seguiría a la Sierra; y en Huanuco decidió, Bolívar junto a sus tropas, adoptar la vía de Pasco y vencer la Cordillera.

    A fines del mes de julio 8.000 hombres marchaban; el ejército peruano, dirigido por La Mar, marchó junto al colombiano. A caballería argentina la mandaba Necochea; a la artillería de Chile la dirigía Pedro Luna.

    Una vez en Cerro Pasco, Bolívar junto a Madroño, inspeccionaría partida a Altiplanicies de La Sierra y contemplaba extensiones que servirían a batallas. Preocupado no dormía, paseaba nerviosamente contemplando el horizonte, pensaba en que Canterac no imaginaba en los caminos escabrosos de la Sierra esa movilización; solo Manuela Madroño preocupación disipaba, recuperándole el ánimo que exhibía ante los soldados.

    BATALLA DE JUNÍN (6 de agosto de 1824).

    Durante junio las tropas avanzaron por los valles cercanos a mole andina, contrafuertes, cordilleras. Decía Gonzalo Bulnes, que en caminos espantosos “barracas” preparó Sucre por resistir inclemencias, calentándose en las noches con depósitos de leña, con los que hacía su comida; galpones con su forraje y a la vez caballería también vigilaba Sucre.

    Los indios conducían víveres, soldados montaban mulas, caballos de tiro herrados y fundían piezas usadas. Bolívar recogió caballos en la región de La Costa; 6000 cabezas de ganado también habían acopiado, trasladados por abismos, confiando solo en las bestias.

    Muy largas fueron las marchas por caminos pedregosos, con solo una débil grama, divisando solo al Cóndor, o mandas de vicuñas que miraban los viajeros; solo un campanario blanco al borde en valle veían, envuelto por arbolados del más delicioso fruto.

    Bajaban luego del valle y subían a nueva altura; a sus miembros fatigados aquel sol refrigeraba cuando entraban en quebradas, y de noche, acurrucados, alrededor de fogatas, vértigos sentían soldados.

    Rarefacción en el aire impedía seguir la marcha, pues a batallones enteros aquel soroche atacaba y exhaustos caían al suelo; cornetas colocó Sucre que el camino señalaban, tocando frecuentemente para evitar se extraviaran.

    El 29 de junio, situados en Cerro Pasco, reciben información por movimiento inesperado de Canterac al Lago Reyes, en faldas del mismo cerro. Encuentro era inevitable, pero aún no completaban ascenso en la Cordillera.

    Bolívar pasó revista y “Proclama” hizo a soldados, por campaña decisiva para la suerte de América. En Proclama les decía a soldados “contemplarían” la obra más grande que el cielo pudo encargarle a los hombres, la de salvar mundo entero, dijo de la esclavitud. Soldados, volvió a decir, “los enemigos que vais a destruir se jactan de 14 años de triunfo”. Agregaba, serían dignos, si medían sus armas con ellos, decía que Perú y América entera, de ellos aguardaban paz, la paz hija de victorias; que la Europa liberal contemplaba con encanto libertad del Nuevo Mundo, del Universo “esperanza”.

    Sucre, al terminar Proclama, ordenó tocar clarines, y en Planicie de Bombón, vía hacia el Lago de Reyes, el 4 de agosto en diezmos se unieron con avanzadas; en diezmos supo Bolívar que a orilla oriental del Lago, a Pasco iba Canterac.

    En Reyes y Ninicasa, Canterac informó al Virrey que se dirigía a Pasco, a cerciorarse si en efecto, Bolívar, el General, empezaba operaciones; le informaron que Bolívar marchaba a orilla derecha de aquella misma laguna; por ello retrocedió, para atacar retaguardia interpuesto entre él y el valle.

    Canterac retrocedía, y Bolívar avanzaba, también para interponerse con mayor celeridad; ambas orillas conducían a los extremos del Lago y a Planicie de Junín.

    Considerando Bolívar, ventajas de los realistas, que conocían el terreno, ordenó a caballería cambiar mulas por caballos y en llanura de Junín se lanzó frente a su escuadra, cerró paso al enemigo.

    Una vez frente con frente, presentaban desventajas, pues solo caballería se encontraba en la laguna, resto de la tropa impedida, en un cerro y un pantano, aún no se desplegaba. A Necochea ordenaba, enfrentarse a Canterac, y él su energía duplicaba, llevando a los efectivos hacia el campo de batalla.

    Canterac, que situación, notó en los republicanos, atacó caballería de Necochea y Granaderos, los cuales se desbandaron; pero los cuerpos montados resistían terribles cargas, dando tiempo a que Bolívar con contingentes llegara.

    Necochea cayó herido, le tomaron prisionero, por lo que Laurencio Silva, con Húsares de Colombia y Granaderos de Bruitz, protegen a desbandados, rescatando a Necochea.

    La reserva de realistas, en ala derecha y centro, quebrantaban a patriotas, pero Millar transformó la retirada con táctica; prodigios hizo en sus tropas, bajo el grito “Vuelvan Caras”
    que famoso fue en el Llano. A caballería española le recibieron con lanzas, provocando el gran terror en escuadrones de España. El Regimiento Primero, del Perú, al mando de Suárez, se dispuso a poner término, decidió lid por la tarde.

    Bolívar allí pensó, aplazar persecución, para aumentar retaguardia y Canterac a marcha forzada de Junín ya se alejaba, abandonando equipajes y pertrechos que ocupaba, lo que sirvió a los patriotas para conocer su ruta; 8 de agosto llegaron los españoles a Jauja, dominados por el pánico, sin atender los criterios de resistir organizados.

    Hacia el Río Apurimac, se dirigía Canterac, ante Bolívar quedaba solo guarnición del Cuzco,
    y en Alto Perú Valdéz, que en Lava venció a Olañeta.

    Al recibir la noticia, Laserna ordenó pactar a Valdéz con Olañeta, para en Cuzco organizar resistencia a Colombianos; del Alto Perú, Olañeta, exigió jurisdicción y fue a plantearlo a Laserna en el Cuartel General.

    El 19, septiembre, Bolívar dispone hacer análisis del terreno, antes de otra operación. Sucre exploró cordilleras y Bolívar por afluentes del Río de Apurimac se dirigía al Occidente.

    Realizada la inspección, un consejo de oficiales convocó en región Zañayca, para despejar incógnitas que afectarían la campaña; una era estación de lluvias, otra, Valdéz regresaba, y en Cuzco se ubicaba.

    Bolívar junto con Sucre, decidió aplazar campaña hasta el término de lluvias, reorganizar el ejército que en Costa-Norte-Perú dirigía Luis Urdaneta, esencial a resistencia o contratiempo en La Sierra.

    Mayor alternativa hubo, al conocerse que Páez, de cuerpos en Venezuela, 4.500 hombres había enviado a Panamá, cumpliendo orden de Bolívar. La Costa adquiría importancia para las operaciones, dirección se requería de un Jefe allí como Sucre, pero Bolívar descartaba esa posibilidad, por ser labor, retaguardia, como en Pasco organizaran.

    En aquel entonces, Sucre, le manifestó a Bolívar, si era que él carecía de delicadeza necesaria para servir su destino. No debería obtenerlo, ni vivir en sociedad a que honor y gloria guiaban. Que separado del ejército se le confió comisión, confiada solo a ayudante, enviándolo a retaguardia, cuando a tiempo se marchaba, dijo, contra el enemigo. Consideró que se le daba, testimonio de incapaz, en operación activa, como autorizar a compañeros a tratarle como imbécil, también como inútil decía.

    Bolívar por no afectar más su susceptibilidad, nombró a Sucre Comandante Supremo de aquellas fuerzas, y avanzaron a la Costa para organizar campaña.

    Conveniente había tomado, aquella actitud, Bolívar; avanzadas informaban que Valdéz llegaba al Cuzco y efectuaría reunión con Laserna y Canterac en región de LImatambo; la intención era atacar a las fuerzas colombianas durante estación de lluvia; 12.000 eran los hombres con que realistas contaban.

    En Consejo de Oficiales, patriotas determinaron, su atención hacia las tropas ubicadas en la Costa; que Bolívar no continuara con el mando allá en La Sierra de ejército Colombiano; solicitud hacía Bolívar al gobierno de Colombia para el envío de tropas, pero actitud equivocada mostraban los gobernantes; Vicepresidente culpaba al Congreso por las leyes que el envío autorizaran.

    A Santander se acusaba de obstaculizar el envío, con esa actitud mostraban que había ausencia de interés en el Gobierno y Congreso por la Campaña del Sur.

    Santander, decía a Bolívar, en cartas que acostumbraba, el no poder hacer nada sin poder discrecional, solo conforme a las leyes, aunque el diablo se llevara, le decía que a La República.

    Santander se limitaba, solo a pensar en recursos que El Libertador empleara, y en facultades que estaba investido el Presidente, propias del Ejecutivo, con nombramientos y ascensos en territorios en guerra.

    Ascensos de Sucre y Córdoba, por ellos no eran bien mirados, temor había a los prestigios que eclipsaran el futuro, pedían retirar sus fuerzas acantonadas en Perú.

    Santander decía que el Congreso, enemigo era a recompensas que ganaran los militares y por ello el Acta de Quito, de Libertadores de Pichincha, durmió durante tres años, porque aquellos diputados proponían que no llevasen ni siquiera el uniforme y otros pedían desafuero; lástima decía sentir de que no se publicasen debates que hacían a diario y lo que él había sufrido.

    Ambiciones conspiraban por suceder a Bolívar y el peligro colectivo el Congreso no notaba.

    En mayo del 24, planteaba el Ejecutivo, reconocer los ascensos decretados por Bolívar y el resultado en debates fue privar sus facultades con que se hallaba investido, sin que Santander protestara, aún cuando el Sur adquiría los más peligrosos giros.

    Bolívar allá en Huancayo, recibió inesperada noticia, adjuntaban decreto y ley, delegando facultades en otras autoridades del Departamento Sur; por tanto, muy indignado, le instó urgente a Santander, que su carta de renuncia la entregase en el Congreso, sin ocultar su voluntad, ya que en lugar de dar las gracias por su servicio en el Sur, se quejaban de sus facultades.

    Sucre y tropas Colombianas, la decisión no aceptaban, en vista que aquel Congreso, en dos años que habían pasado, no les tomaron en cuenta y ahora acordaban en cenáculos, el destituir a su Jefe, con gentes que se habían rehusado a combates y peligros.

    Por ello, de forma unánime, una representación de las tropas colombianas, se dirigió al Congreso, para mantener el mando del Libertador Bolívar, al que Sucre en carta decía, justa era la petición, por su deber y respeto que por las tropas sentía. Que dejarían las cosas al igual que allá en Sañayca, antes que se separaran, y relaciones continuaban sin innovación alguna.

    Bolívar disimulaba, resentimiento en campaña, y entre la Costa y la Sierra, con Sucre, todo coordinaba. Remontaría Cordillera, dirigiéndose a la Costa, aunque por melancolía surgía desprendimiento, a esperanzas que tenía de su campaña en la Sierra.

    Alejarse de allí debía, separarse de Manuela Madroño, la joven que le acompañó en seis meses de peligros. Ella nunca olvidaría a quien llenó su existencia; tanto que aún estando vieja, senil rejuvenecía, cuando alguien le saludaba ¿Cómo está la vieja de Bolívar? A lo que feliz contestaba: “cómo cuando estaba moza”, así sucedió la cosa, pues realmente lo quería, aunque era Manuelita Saenz, quien por Bolívar daba la vida, luchando en tantos combates con su astucia e intuición femenina, previniéndole de los peligros, siempre a distancia debida.

    BATALLA DE AYACUCHO (9 de diciembre de 1824)

    Bolívar conservó el plan inicial de operación, mientras a Sucre informaba que en caso estaban en Norte y Sur, de conformar los ejércitos con refuerzos de Colombia, más infinitos reclutas que él había mandado a hacer.

    Sucre quedaría en el Norte, sin pasar la Cordillera y él al Sur tendría La Costa, cuenta y pago de Laserna, y que solo se verían si un motivo muy urgente y necesario ocurría.

    El ejército español partía hacia Apurimac, atravesando por Agcha, con dirección hacia el Norte, a retaguardia de Sucre, antes que éste concentrara sus efectivos en tropa, que en 25 leguas se hallaban.

    Sucre al saber de la maniobra, reunió rápido fuerzas y el Río Pampas cruzó, dirigiéndose hacia el Norte, donde no pudo Laserna impedir paso a patriotas.

    Bolívar, del Litoral, marchó hacia la Capital, y el gran Conde de San Donas, Torre Tagle con Aliaga, huyeron hacia el Callao, solo una guarnición dejaron en Capital con Robespierre Comandante, quien a jóvenes burlaba rasurando en la plazuela, pero Bolívar llegó, tomó el Palacio-Gobierno, aplazando su partida para proteger al pueblo.

    Sucre continuaba al Norte, pero también lo hacían realistas, dominando las alturas, los cauces de agua, terrenos, en veces se adelantaban pero realistas conocían predios.

    Acamparon en Quinoa, muy cerca ya de Ayacucho, pero Laserna en senderos dominaba la llanura y apostó muchos guerreros; Valdéz en el Cundurcunca formaba sus regimientos, Monet, en lomas y vertientes; González en Quebrada Sur y entre las 2 divisiones el propio Virrey Laserna.

    En planicie de Ayacucho Sucre formaba sus grandes líneas, con La Mar en ala izquierda, Córdoba a derecha, Jacinto Lara a reserva; el día 9 en la mañana los realistas indicaron comienzo de batalla; Sucre arengando sus tropas reafirmó: “de vuestro esfuerzo depende el destino, Suramérica; coronar un día de gloria con admirable constancia”, concluyó.

    Valdés atacó a La mar abriendo profundos claros y éste solicitó ayuda, mientras Sucre le ordenaba resistir hasta morir, por no poder ayudarle con tan pequeña reserva.

    Monet venía al mismo tiempo en ataque contra Córdoba, quien ordenó a batallones como en Bogotá y Caracas, Voltigueros y Pichincha, esperarles allí inmóviles, con armas a discreción y a paso de vencedores.

    Ordenados avanzaron, impresionando en combate a jinetes españoles, huyendo la mayor parte, mientras en alturas, Córdoba, inutilizó a realistas, lo que Sucre aprovechó para ayudar a La Mar con el Batallón de Vargas que entró por el ala izquierda, y Valdés en el combate se lanzó a buscar la muerte, salvándose de milagro, cuando el Coronel Pacheco le arrancó en medio del campo.

    Virrey Laserna en las alturas lanzó sus últimas fuerzas, pero Córdoba le venció, de inmediato fue apresado, y herido fue Canterac, quien huyó hacia el Cundurcunca.

    García Gamba y Monet luchaban desesperados, y Sucre consideró terminada la batalla, para no derramar sangre, ofreciendo el armisticio con vítores y entusiasmo; La Mar fue el intermediario. Oficiales españoles se embarcaron para España, Sucre a Bolívar dio parte de que en poder se hallaban Laserna y Canterac; Valdés y Carratalá, Monet y también González; Bedoya, Ferraz y Camba, Somocursio, Cancho, Atero, Landázuri con Vigil; Pardo y Tur, 16 coroneles, 78 tenientes y pasaban de 400 los mayores y oficiales; tropas 2000 prisioneros, fusiles, cajas de guerra y elementos militares; 1800 caídos y heridos en 700, tenía ejército español; y en cuanto a fuerzas patriotas 300 murieron de ellas. 609 en heridos; era el fin de tantos siglos del Perú colonizado en otrora por Pizarro; territorio aseguraron con La Gran Colombia hermana.

    A Córdoba ascendió a General por su valor demostrado, y a Jerónimo Valdés, General realista arriesgado, le admiró, lo había ganado; a Córdoba había igualado con valor en la batalla, por tanto honor y almuerzo dio y brindando dijo a Valdéz, que al brindar lo hacía por él, pues de haber nacido en América, hubiese sido el defensor “mejor” de su independencia, Sucre su esencia mostró y el carácter Español con hidalguía americana, pues la llevaba en su sangre mezclada a la Madre Patria.

    En Alto Perú, la Sierra, debían democratizar, liberando a las provincias, donde Perú y Argentina exigían jurisdicción; Sucre pensó en Asambleas por decidir destino de Región; Bolívar no lo aceptó y a Sucre aclaró, diciendo “ni usted ni yo ni el Congreso del Perú”, ni el de Colombia pueden violar base del derecho público establecido en América, y en consecuencia explicó: Que gobiernos republicanos, se fundaban entre límites de antiguos virreinatos, capitanías o presidencia, como Chile implementó.

    Alto Perú dependía de Virreinato en Buenos Aires, pero aumentó descontento que existía contra Argentina, lo que a Sucre impresionó y asambleas decretó en febrero del 25 y Bolívar se enfadó; desaprobando su actitud otro paso dio.

    Al Congreso del Perú se dirigió, solicitando otorgar Licencia a Colombia, para poder pasar a la Argentina, prohibido estaba marchar más allá del límite.

    Que perplejo se encontraba para marcha al Potosí, siendo que ese era un país puro español y deseado por Perú y Río de La Plata. Que por esas circunstancias sometía duda al Congreso, pues tranquilidad turbaba y no pretendería su marcha, si interés allí ventilado no fuese de alta magnitud. Eje era de inmensa esfera, suerte de toda la América, por cuanto en su territorio podía encenderse la hoguera de la guerra y anarquía. Que decidiesen el permiso, para poder pasar a la Argentina, si por alguna circunstancia reclamasen su presencia allí.

    Un Consejo de Gobierno nombró en Lima y marchó a Arequipa; indígenas le aclamaban y aguardaban comitiva, mientras Sucre le advertía, que desaprobación o descrédito Colombia recibiría de no aprobar la asamblea Altoperuano decidida.

    Al no poder separarse del cargo Jefe de Estado y tener que defender derechos de Alto Perú, sin desatender acercamiento que tenía con Río del Plata, optó no exponer conducta.

    Autorizaba asambleas para que las decisiones sometiesen al Perú y también a la Argentina; mostrar liberalidad del Congreso del Perú, cubriendo reputación de amante a Soberanía. Así tiempo ganaría para crear la unidad, causa común entre pueblos de todo este continente.

    Destruir el parroquianismo de las clases dominantes que afirmaban hegemonía con litigios fronterizos del régimen colonial; igualdad en la política de las razas en América; total libertad de esclavos eran firmes postulados, poniendo en marcha el proceso de sociedad americana, sin intereses localistas que tanto las fraccionaban.

    Al tiempo se preguntaba, si sería acompañado por las masas populares de Argentina, del Perú, así como Colombia y Chile, o estimuladas por aristocracia y burguesía preferirían nacionalismo que profesaban; de la respuesta dependía porvenir del Nuevo Mundo.

    Bolívar marchó hacia el Cuzco para dar máximo alcance a Revolución Social, con la población indígena que explotada fue por Incas, luego por los españoles y al Congreso del Perú expresó su opinión única: “La crisis de la República me convida a una Reforma que el curso de los siglos quizá no volverá a ofrecer”.

    Bolívar analizó organización feudal del Inca, en su paso por la Sierra, descrita por Luis Varcarcel; aquellas regiones históricas de Imperio precolombino; los paisajes de la Sierra, donde el hombre conquistó albergues, cultivo en valle costanero, donde el cierzo no llegaba,
    el granizo no caía, la tierra era poca y pobre; talud casi vertical impedía utilización de las zonas mesotémicas; pero el hombre de Los Andes inventó terraza agrícola, escalón para el cultivo y construyó sus andenes en los montes y colinas, extrayendo los peñascos, unos y otros colocó encima, cual muro en revestimiento.

    Formó en terrazas mesetas que hizo con cascajo al fondo, luego con arena y tierra, terreno acondicionó para la aireación y riego; agua condujo por caños y acequias captó del río de neveras de los Andes y desde sus cabeceras, sementeras de terrazas, propia del cultivo y andén, pura creación indígena que duplicó en el Perú, su cultivo y población.

    Un día en el mismo paisaje, el español avanzó, aventurándose a dédalos, montañas y valles cruzó, donde el mosquito y la fiebre, junto al clima y las alturas, mató a los no resistentes. Recorrió todo en su empeño, se transformó en sedentario, señor de indios encomenderos, dominando y transformando el paisaje de los pueblos.

    Caseríos castellanos, conformó alrededor de chozas de tributarios del campo, con maíz, legumbres, frutas, caballerías y puercos; también hizo gallineros y en altos sembró trigales, además de papa y cebolla.

    Con tejas y campanario, decorados por indígenas, construyó los edificios, centenas de haciendas surgieron, también iglesias de piedra, caserones con adobe, calles largas y anchas plazas; oro y plata descubrieron así como el azogue.

    A Potosí, Huancavelica, a Sandia y Carabaya, miles de indios enviaban para trabajo en las minas; coca por riqueza daban, engañando su hambre y tristeza, permitiéndoles cultivarla, pero morían en las minas al fondo del socavón.

    En junio del 25, Bolívar llega a Pucará y gustosos le reciben. Desde el Atrio de la Iglesia, el párroco, siendo indígena le dijo que sobre “tantos” de la historia, se había elevado: “Quiso Dios formar de salvajes un imperio y creó a Manco Capác. Pecó su raza y lanzó a Pizarro y después de tres siglos de expiación tuvo piedad de América y os ha creado a vos.

    Sois, pues, el hombre de un designio providencial. Nada de lo hecho antes se parece a lo que habéis hecho, y para que alguien pudiera imitaros, sería preciso quedara un mundo sin liberar. Habéis fundado tres república que, en el inmenso desarrollo a que están llamadas, elevarán vuestra estatua adonde ninguna ha llegado. Con los siglos crecerá vuestra gloria, como crece la sombra cuando el sol declina”.

    Por Santa Rosa, Sicuani, por Tinta y también La Villa, con delegación del Cuzco, Bolívar visitó Imperio de Incas; con plata oro y ornamentos, las casas fueron adornadas y magno el recibimiento. Arcos triunfales, laureles, flores desde los balcones, más vítores y medallas.

    Municipalidad de Arequipa, procedió a darle caballo, con Jaez y llaves de oro, entregándole ciudad. Te Deum en Catedral, luego en Casa Municipal las principales señoras, corona en diamante y perlas le tenían preparada. Bolívar muy conmovido, papel de Libertador, asumió con total agrado.

    Los “Cacicazgos” mantuvieron a la “Colonia” en el Perú, con hegemonía hacia el indígena, sin interés por sus hermanos, facilitando servidumbre de indígenas con conquistadores.

    Bolívar procedió a abolir, la institución del cacique y aberrante jurisdicción, integración étnica de la nación; órdenes para impedir opresión que tenían clases privilegiadas con jornal de trabajo en minas, haciendas u obrajes.

    Deberían satisfacerse según precio contratado con el dinero contante, sin que recibiesen especies, contra voluntad y a precios no corrientes en la plaza.

    Prohibió a prefectos, intendentes, gobernadores y jueces, prelados, curas, tenientes, hacendados, dueños de mina u obrajes, emplear contra voluntad a indígenas, en faenas, séptimas, mitas, pongueajes o servicio doméstico.

    Nadie podría exigir un servicio personal, sin preceder libre contrato del precio de su trabajo. El cumplir estos preceptos, quedó a cargo de intendentes, gobernadores, diputados y en minas ordenó que párrocos, solicitasen intervención de todos estos funcionarios. Cualquier falta u omisión, produciría acción popular y juicio de residencia.

    El alma del pueblo indígena, brotó en total devoción, según contaba Tejera, pues Bolívar decretó, en Trujillo, “propietarios” a los indios en sus tierras; venderlas o enajenarlas, si ese fuera su deseo; repartirlas a familias, sin importar sexo, edad y doble en región estéril.

    En bajo y Alto Perú, evitar usurpaciones, o recaudación fiscal en terrenos entregados; con la limitación defensiva para tan amplio derecho, evitar que les dejasen igual que antes “misérrimos”; no podrían enajenarlos a favor de manos muertas, como eran clero y conventos; veinticinco años de prórroga para la enajenación era la gran solución.

    En Chuquisaca decretó, abolición del “Tributo Real”” de indios para la Nación y como nombre aconsejó, adoptar el de Bolivia, de su nombre en el lugar. Decía Gonzalo Bulnes, que la raza esclava miraba como héroe al “nuevo Inca”, redentor del vasallaje, incaico, tan secular.
     
    #1
  2. Salvador Pliego

    Salvador Pliego Poeta veterano en el portal

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    No lo leí todo pues es algo extenso, pero me maravilla la historia y la forma como la plasmas en estas letras. Te aplaudo nuevamente tu obra.
     
    #2
  3. dilia.calderas

    dilia.calderas Poeta que considera el portal su segunda casa

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    Gracias Salvador, por supuesto que hay que leer la historia de Bolívar con calma, ya que es muy extensa; a pesar que resumí el libro de Indalecio Liévano Aguirre de aproximadamente 500 páginas, también tomé datos del libro de Felipe Larrazabal y diversos folletos, informaciones de programas televisivos, etc. Mi resumen en forma de verso consta de 115 páginas. Solo falta la parte final que es la más triste, por los contratiempos que tuvo el Libertador para ejecutar su proyecto, lo que finalmente le llevó a la muerte en 1830. Seguiré leyendo tus hermosos poemas que me transmiten calma, ternura, caricias como las "gotitas del roscío" enamoradas. Recibe un besote de Dilia.
     
    #3

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