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Pastores solitarios

Tema en 'Poemas Melancólicos (Tristes)' comenzado por Ernst Nietzsche, 30 de Noviembre de 2010. Respuestas: 0 | Visitas: 417

  1. Ernst Nietzsche

    Ernst Nietzsche Poeta recién llegado

    Se incorporó:
    19 de Septiembre de 2010
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    ¿Qué es lo que de verdad enristece el alma de un hombre solitario? ¿Será el verse entre Escila y Caribdis con el amor y la felicidad de un lado y la lealtad y la amargura por otro? ¿Será el saberse derrotado en un juego en el que jamás quizo participar? ¿Será el ver que su historia se repite una y otra vez como cruel espiral reptilia? Quizá será el saber a otra pobre alma atormentada, y llora por ella como si fuera la propia porque sabe, y sabe bien, que ambas terminaran destruidas y calzinadas por los fuegos fatuos del deseo del otro, del amor y la locura de aquel al que puede mirar de frente sin soslayo alguno y que ha compartido con él el sabor de la algarabia nocturna.


    Es, además, la tristeza de verse metido hasta el cuello en la lección más valiosa para un ser vivo, que en la existencia la vida siempre te tratará mal, como la madre que trata al hijo bastardo, aquel que nunca debio nacer y que se escapo del vacío del olvido de la nada y cometio la blasfemia de existir.


    Crees haber aprendido de aquel error fatal de ayer, y crees poder con loq ue vendra, pero, un día, o una noche, te darás cuenta que la única diferencia es que cada vez que lo intentas caes más rápido que la otra vez, primero fueron años, despues seis meses, tal vez, es ahora menos de un mes, y seguiras así hasta que la caida sea instantanea, cada vez más dura, cada vez más solitaria y dolorosa.


    Y al final, lo unico que no cambia, lo que siempre es igual, es el mismo hombre triste, el que creyo ser mejor y más sabio, el que penso haberse superado a sí mismo y estar elevado en las cumbres frias y asfixiantes. No se es más de lo que se es, somos pastores solitarios en medio de un rebaño que no sabemos cuidar, y que somos demasiado cobardes para cuidar. Al final no somos más que la sombra de lo que deseariamos ser, fantasia tonta e ilusa de un sueño temerario que quisieramos hacer realidad.


    Tenebroso sueño aquel en el que la realidad se pierde con el silencio, los ojos pesados y parpados cerrados niegan a la vigilia su prioridad esensial. Aquel sueño en que se mezclan la vida con el deseo y te hacen llegar a la fatal conclusión, la del hombre solitario que no sabe si lo entristece la soledad, o la deslealtad, o la cruda realidad, que el soñar es la felicidad, y al despertar, la realidad.
     
    #1
    Última modificación: 30 de Noviembre de 2010

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