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Patio de madreselvas

Tema en 'Prosa: Generales' comenzado por Cris Cam, 28 de Abril de 2019. Respuestas: 1 | Visitas: 320

  1. Cris Cam

    Cris Cam Poeta adicto al portal

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    Hombre
    Patio de madreselvas


    María llegó con su vientre vencido al patio de ladrillos. Se asió a la reja del aljibe, pegando un grito de dolor. Se encendieron las pobres luces del patio.

    Corriendo con su camisón apenas puesto, con sus dormidos cielos, la polaquita, se abalanza evitando las rodillas contra el filo del mármol.


    - Baba, Slovesca... venga madre... Marria descompuso...


    De la pieza azul, asomó la tana Miguela con Bruno mordido al mar de su teta izquierda, haciendo gestos circulares con sus manos mediterráneas y su vocales ausentes.
    Paco, sin mediar comentario. alza a María, cruza las cortinas blancas y la acuesta en su limpia cama. Una mancha roja sobre su vestido celeste.
    Isaac, trajo a doña Eulalia, hecha una maraña de negras telarañas sobre el rostro.
    Se dieron por terminadas las sorpresas y las contemplaciones. Doña Eulalia, mientras se ataba a duras penas sus largos sauces negros, dictaminó:

    - A ver, vos gallego, poné a calentar agua, vos Asunta ayudame a sacarle el vestido... hace frío... Ruso, sacá leña de la cocina y avivá un poco ese brasero... traigan un poco de eucalipto...

    María, abre los ojos y la mira con confianza, la escena es repetida, ella misma había sido protagonista oculta hacia 16 años. José no volvería ni tarde, quizá recién mañana, tenía una changa, había un carguero alemán que se iría con las bodegas llenas de algodón con la primera luz del alba.
    Eulalia le toca los tobillos, fríos y morados, y comienza a agitarlos violentamente.

    - Te duele, negra...

    - Sí

    - Bueno, entonces vamos bien...

    Sale al patio con luna sobre las madreselvas y grita:

    - ¿Y, Galllego, para cuando el agua?

    - ¡Ya va... ya va!... ¡joder!... que no es la caldera del Esperanza... – le gritan desde la cocina.

    María comienza a respirar, las contracciones se apagan por un momento, su cara vuelve a tener su rubor moreno

    - Aún no es medianoche, habrá que esperar que la luna se cuelgue del paraíso, para que se abran tus aguas...

    La tana Asunta entra con su cintura de tules, la mira con su dulzura de madre mediterránea, le hace señas, alfabetos de dialectos silenciosos. Palma llena, cinco hijos, pulgar e índice a orillas del Arno, mayor de mar agitado, anular e índice de Riachuelo, pechos firmes, frente alta, manos limpias, músculo tenso, puño a la lucha...
    Sloveska arrastra palabras dibujadas de incomprensible idioma eslavo, pero se sabe le repite lo mismo, sobre la nieve, el exilio, la travesía, el desarraigo y los nuevos bosques de piedra y copas de humo.
     
    #1
    A sergio amigo y Aldonza Lorenzo les gusta esto.
  2. sergio amigo

    sergio amigo Invitado

    La rueda gira y gira. A veces te subes casi por accidente. Saludos cordiales, Cris cam.
     
    #2

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