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Patriotismo: La Clave del Éxito

Tema en 'Prosa: Sociopolíticos' comenzado por Guderio, 4 de Enero de 2013. Respuestas: 0 | Visitas: 736

  1. Guderio

    Guderio Poeta asiduo al portal

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    4 de Enero de 2013
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    Hombre
    Les brindo un pequeño estudio y reflexiones.

    Las propuestas que surgen, con la ambición de solucionar problemas en las comunidades, son habitualmente similares. Por ejemplo, en los países tercermundistas se habla de educación o salud, e incluso, propuestas populistas como otorgar vivienda ¨gratis¨ acompañado estas muchas veces además, de discursos demagógicos. Por otra parte, las naciones del primer mundo suelen tratar cuestiones como políticas económicas, relaciones internacionales, libertades personales o de mercado, etc., pero no problemas tan ¨básicos¨ como lo es la educación.
    Ahora, dejando de lado lo que se busca mejorar o instaurar, debemos también observar la metodología de aplicación. Esto puede ser dividido en dos etapas generales: Publicidad y Vía (no publicitarias). Publicidad, como la palabra lo indica, hace referencia a los métodos y mecanismos utilizados por un individuo, partido u organización, con el fin de convencer a sus seguidores (o potenciales seguidores) a apoyar la moción que se planea instaurar. Mientras que vía, debe ser entendido por lector en este caso, como los mecanismos y caminos utilizados para llegar a un objetivo, una vez que se obtenga el poder necesario para hacerlo.
    Explicados estos aspectos de la política, es interesante analizar las distintas campañas publicitarias y las vías utilizadas (o no), en el supuesto de que la publicidad fue efectiva. En el caso de la promoción partidista, tenemos por lo general lemas, frases, canciones o juegos lingüísticos llamativos que propongan una iniciativa. Pero además, en el caso de que exista un orador o personaje carismático en juego, el don de la palabra de este puede ser esencial. El uso de campañas y discursos fuertes ha sido visto habitualmente en los candidatos populistas, demagógicos o (posteriormente) en mandatarios autoritarios o totalitarios. Ahora, como es muy claro, existen dos factores primordiales durante un discurso: lo que se dice y como se lo dice. Es común que candidatos populistas se enfoquen en el significado de sus palabras, más que en el medio de transmitirlas. Esto se debe a la importancia de satisfacer las necesidades de las clases necesitadas y si dichas propuestas favorecen a las masas, realmente no existe mayor necesidad de utilizar una postura firme o fuerte. Por otra parte, tenemos a los mandatarios de ¨mano dura¨, muchos de ellos siendo dictadores, que si bien proponen cuestiones anteriormente estudiadas, se enfocan en tomar una postura convincente y dura, que sorprenda al público más por la capacidad oratoria que por el significado de lo dicho. Debido a esto último, muchos suelen calificar de ¨discursos fuertes pero vacios¨ a los de ciertos políticos actuales y a lo largo de la historia.
    Respecto a las vías para implantar soluciones, estas dependen enteramente de la naturaleza de la propuesta en cuestión. En el caso de muchos países (p.j.) las reformas tributarias, deben ser propuestas por una dependencia del estado (normalmente departamentos del poder ejecutivo o legislativo) y aprobadas por otras. Esto se puede considera la vía para reformar un impuesto, pero también cabe considerar como convencer a los demás responsables de pasar las medidas propuestas, así como convencer al público y prensa de su validez. Nuevamente, la demagogia, el discurso populista, prepotente, etc. son vías comunes (y algunas hasta válidas) para alcanzar este objetivo, pero no son las únicas.
    Tanto en el aspecto publicitario como en las vías de implantación, existe una alternativa interesante: el patriotismo y la exaltación de las riquezas del país (ya sean materiales o humanes, existentes o no).
    Esta propuesta, como los entendidos en el tema conocen, no es inédita, no es nueva. Realmente es todo lo contrario, es tan antigua como la historia misma. Si nos remontamos a las etapas imperiales de la Roma clásica, podremos ver como el Cesar exaltaba los sentimientos cívicos no solo de los ciudadanos del imperio, pero también del ejercito y los políticos. La guerra, el expansionismo y la auto-atribución de grandeza eran políticas comúnmente practicadas. Asimismo, muchos reyes y gobernantes lo hicieron durante las etapas del medioevo, el renacimiento y así sucesivamente hasta nuestros tiempos. El problema, es que en el siglo XX la perspectiva del público en general cambio de forma drástica.
    Esta metodología fue adoptaba por mandatos totalitarios como los de Stalin, Mussolini, Hitler, Franco, Hirohito y entre otros muchos. Y, gracias a la historia desde el punto de vista occidental, estos mandatarios fueron, son y serán por siempre, victimas de acusaciones, muchas de ellas verídicas, otras exageradas e incluso algunas falsas. No obstante, la historia del siglo XX ha sido escrita y en un futuro cercano no cambiara en lo absoluto. Si bien el uso del patriotismo en la política no ha desaparecido y se sigue viendo en muchos países, no se ha logrado utilizar de forma acertada en muchas comunidades. Ya sea por miedo a “caer” en dictaduras o por no creer en el potencial propio.
    Esperemos, por el bien de nuestros pueblos, sobre todo refiriéndome a los hermanos latinoamericanos, que los prejuicios queden atrás y las dificultades se superen. Solo así, seremos lo que queremos ser.

    ¡Adelante hermanas y hermanos que potencial nos sobra!
     
    #1

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