Paul Dirac y su fantástico descubrimiento

Sentado en su escritorio con su pipa
arruga, pensativo, el entrecejo.
Se gira lentamente hacia el espejo
al tiempo que la duda se disipa.

De súbita alegría participa
al ver la solución en el reflejo.
Fantástica ocurrencia que, perplejo,
su mente con reparos anticipa.

No puede resistirse a la evidencia
y fuerza un electrón especular
logrando mantener la consistencia.

La hipótesis es viento de ultramar
que anuncia rechazando la prudencia,
sabiendo que la van a cuestionar.

-.-

Nota: Esta historia es real. El positrón fue postulado por Paul Dirac como la única posibilidad de hacer compatibles la mecánica cuántica y la relatividad. A pesar de parecer una locura, según Dirac "tenía" que existir una antipartícula del electrón, con su misma masa pero cargada positivamente. Nadie le creyó hasta que, varios años más tarde, un físico experimental encontró una partícula cuyas propiedades eran exactamente las mismas que las que había predicho Dirac. Esa partícula, el positrón, se utiliza hoy para -entre otras cosas- realizar estudios de oncología.


-.-

 

Luciana, me apasiona tu fidelidad y me encanta tu generosidad. Muchos besos. Vicente.

 

El espejo es una parte muy importante del mobiliario, eso está claro. Espero que dejara de fumar. Gracias por la divulgación. Un saludo. Luis

 

Muchísimas gracias, amigo mío. Un fuerte abrazo. Vicente.

 

Mi querido Luis: el humo y los espejos siempre han sido fuente de no sé qué... pero a mí me gusta. Un fuerte abrazo. Vicente.

 

Sí, Jorge... fumaba en pipa. Abrazote. V.