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PEDRO MIGUEL OBLIGADO - Argentina

Tema en 'Poetas famosos, recomendaciones de poemarios' comenzado por VAGABUNDO, 15 de Mayo de 2005. Respuestas: 0 | Visitas: 3833

  1. VAGABUNDO

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    PEDRO MIGUEL OBLIGADO
    (1892-1967)

    Pedro Miguel obligado nació en Buenos Aires, en 1892, y murió en la misma ciudad, en 1967. Profesor, ensayista, conferencista, guionista y sobre todo: poeta de raíz hondamente romántica. En 1918 publicó “Gris” y luego “El ala de la sombra” (Primer Premio Municipal de poesía, 1923); “El hilo de oro” (Premio Nacional de Letras, 1926); “La isla de los cantos” (Premio Nacional de Letras, 1933); “Melancolía” (Primer Premio Nacional de Poesía, 1946, 1947 y 1948); “Los altares” (1959) y en 1971, póstumo, “El andén” que recoge sus últimos poemas. Es autor de poemas en prosa, reunidos en “El canto perdido” (1925).

    Leopoldo Lugones afirma: “Podríamos definir la poesía de Pedro Miguel Obligado con esta expresión titular: Historia de una melancolía.
    Historia, pues exista o no una realidad episódica en la inspiración personal, aquella poesía evoca para nuestro bien la eterna emoción humana, compuesta por la repetición del mismo caso, que así es histórico en todos y en cada cual. El germen nos lo deja la dulce herida de amor, venturoso o desdichado; y un día viene el poeta y con su arte lo fecunda, poniéndonos en estado de belleza, es decir transformándonos en poeta, un instante: exaltación de vida superior, que por gratitud, generalmente obscura, le devolvemos bajo forma de simpatía. Esta inmaculada concepción del alma, en que el poeta oficia de espíritu vivificador, es como una indefinida sed del corazón humano. Por baja que sea, por encenegada que esté, toda alma necesita su hora de poesía. Y cuando no lo logra, empieza a padecer su infierno en vida, y tuércesele en maldad, la esperanza que se le frustra. El recuerdo más persistente de la verdadera poesía es que bajo su contacto fuimos buenos, por haber sentido el entusiasmo más puro o haber derramado las más nobles lágrimas.
    En cada alma que conoció la pasión hay la congoja de un ángel caído. No atraviesan en vano esa llama, siquiera sea fugaz, las alas con que vivimos. En el fondo de toda copa bebida está la sed renovada. La sed que duplica su angustia con la delicia que pasó.
    La melancolía es la discreción de esa pena. Mas, aunque no se le vea la herida fatal, palidece porque sangra. Y con ser así, discreta, parece que nos penetra mejor la suavidad de su angustia. La expresión melancólica posee de suyo una intimidad confidencial.
    Y un poeta confidencial es, precisamente éste que me ocupa.
    Tales poetas no serán los más célebres quizás, pero son los más queridos.”
    (Tomado de: ANTOLOGIA POETICA, Colección AUSTRAL, Editora Espasa-Calpe Argentina, S.A., Buenos Aires 1953)

    Algunos de sus poemas:

    MELANCOLÍA

    Es otoño. Estoy solo. Pienso en ti. Caen las hojas…
    Vaga la melancolía de una pena que ignoro.
    El viento que estremece marchitas congojas,
    pasa como un recuerdo por el bosque sonoro.

    Es otoño. Parece que un ensueño renuncia,
    que un desencanto esparce las efímeras galas…
    Una dorada pompa que a la muerte denuncia,
    con el follaje mustio forma una lluvia de alas.

    Estoy solo. Se siente que el otoño es un viaje…
    Hay un alma que llora porque alguien se despide.
    Este ocaso de plantas que enrojece el paisaje,
    con mi desalentada serenidad coincide.

    Pienso en ti, oyendo un canto perdido en lontananza.
    Cantan las cosas muertas, la música del vuelo.
    Como mi amor caído conserva su esperanza,
    la floresta marchita quiere subir al cielo.

    Caen las hojas. La selva trágica se derrumba.
    Desparrámase un sauce cual generosa fuente.
    Las hojas más diversas tienen la misma tumba,
    y entremezcladas ruedan en un mismo torrente.

    Tú eres como una brisa para mi huerto sonoro.
    Mi vida es una rama, a tu paso, deshojas;
    y que tendrá a los vientos, un destino que ignoro.
    Es otoño. Estoy solo. Pienso en ti. Caen las hojas…

    AUSENCIA

    La rama de los astros se estremece en la altura,
    movida por el viento de la eterna armonía,
    y el silencio murmura
    su vaga poesía.

    Tú ya no estás conmigo para hacerme dichoso,
    y te hallas tan lejana, que eres una tristeza…;
    pero todo, esta noche, se vuelve más hermoso,
    tal como si estuviese pensando en tu belleza.

    Un arroyito claro por la pradera, ondula,
    el temblor de las plantas le descubre su anhelo,
    y la tierra se azula
    deseando ser un cielo…

    Siento que te aproximas en esta noche tierna;
    pues aunque vives lejos, el ensueño nos une,
    como a dos estrellitas una misma cisterna,
    donde la fantasía del agua las reúne.

    La belleza es misterio, que tu amor profundiza,
    tu recuerdo, en guiadora claridad se convierte;
    y la ausencia idealiza
    la pena de quererte.

    ¡Si no sólo en mis versos, si en realidad vinieras!
    ¿No oyes la melodía que, de cariño, llora?
    Se muestra el mundo bueno, como si me quisieras…
    ¿Dónde estarás ahora? ¿Dónde estarás ahora?
     
    #1

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