Pensando en aquel pájaro ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

Alguna ves pensaba
que las poesías
eran, el canto de
aquel pájaro macho
que despierta con
el sol del amanecer,
batiendo sus alas,
exponiendo los colores
de su plumaje junto
al brillo del sol,
inflando sus pulmones
de ese aire fresco
que solo se respira
al nacer la luz del día,
para luego soltarlo con
un silbido fuerte sonoro
y embellecedor,
que viaja junto con
los cuatro vientos,
en busca de su hembra,
y al llegar su acanto
al oído de su amada,
convencerla de que el es,
el que ella debe elegir
como su macho,
su gran macho.

Pero siento la desilusión,
que nosotros los poetas;

por mas que
gritemos nuestros
poemas a los
cuatro vientos
y parados en un
banco de una plaza,
estas palabras
nada generarían
hacia aquella
mujer que uno
tanto a anhelamos.

Solo es que la realidad
y la divinidad
que tiene el ave,
es mas grata que
el mismo hombre...