Pentáculo mitológico

Húmedas perlas caen del cielo a la mañana,
etéreos fragmentos de la noche de ayer,
luna de gélida agua nevando sus propias lágrimas.

El corazón de la rosa se nubla en las tinieblas
y grita mil latidos ante la confusión de una tormenta,
y gime mil susurros sobre los truenos de la indiferencia.

Apática sangre que aunque cruel es inocente,
oye los ecos de la bestia sin espejo: incertidumbre;
a orillas de la vereda una lluviosa tarde camina el animal.

Un fangoso espejo del cielo a los pies del... parásito;
pregúntase el ruiseñor, ¿caerá la rosa en viles manos?
¡y fuerza y potencia y voluntad!, con la prosa de miles magos.

Sea con nosotros la magia del perfume y de la espada,
Sea con nosotros el amor inmaculado y el fuego del Edén,
Sea con nosotros la confianza divina y la sacra unión inmortal.

 

Nýkolas:
Que fuerte para mí leer esto.

Me quede sin ideas coordinadas para decir algo más. Sólo gracias por compartir. Abrazos y besos desde acá ♥

 

Unísono latir de dos corazones, mi bella dama.

 

Hermoso poema con esos tintes negros que le hacen más enigmático e interesante.

Me ha gustado la fluidez del lenguaje.

Te felicito, un abrazo y mis estrellas.

 

Gracias linda María.

 

Acertada imagen.

 

un placer pasar y comentar ke tega buenas noches............

 

Gracias, Sir.