Pepes hedonistas huntados de ciudad

Los bares del barrio cambian de dueños
y la primera clienta es la puta de siempre.

Parece mentira que alguna vez
fuera niña, algo así
como un ángel riendo al leer las viñetas de El Jueves
sobre el capó de un coche de fuego rojo
a media mañana,
a media tarde,
a la hora de la escuela.

Por aquel entonces no había
ferraris por aquí,
ahora tampoco los hay.

La puta de siempre,
la de mi barrio,
la de cualquier esquina,
gasta el dinero de las mamadas
en gin tonics,
en cerveza Voll Damm
y en drogas de todas las clases.

No creo que exista un hígado
más resistente en el mundo,
ni menos escrúpulos,
ni unos ojos que digan tanto.

Ellos preguntan —¡sus ojos coño,
sus ojos son los que preguntan—
¿quién es la puta,
sino la gente?
¿quién es la escoria,
quién carece de escrúpulos?

¡Bendita mi memoria!,
que me recuerda que nadie notaba
nada extraño en aquella escena.

Yo era pequeño —aún lo soy— y le puse el mote
de niña pez,
por sus ojos tan separados,
como las presas de los depredadores.

¡Menuda pecera para nacer!,
pienso —¡y qué más da lo que piense yo!

Algunos dirán que podría
haber sido peor. Haber nacido en Siria,
cosas así. ¡Cosas así..!

¡Qué hijos de su madre!

Ellos son inocentes,
y lo son como tú,
pero mueren de golpe,
en poco tiempo. Son mártires —¡qué más da,
lo qué tú quieras!

Tú, la puta de siempre,
drogadicta de mierda,
la que muere de noche
y vuelve
a su infierno particular
cada día que logra levantarse;
la que siempre estuvo rodeada de diablos
mientras los decentes miraban
y miran de reojo;
los que pasaban,
y pasando de largo.

¡Joder, cómo me gustaría que existiera
el puñetero Dios!;
y no esos pepe de ciudad,
ni esos hedonistas huntados de falsas demagogias,
voceros inactivos de lo que ya se sabe.

 

No sé por qué tiene tan pocos comentarios este poema. Me hiciste recordar una anécdota de hace un tiempo: resulta que tengo un primo que tenía una finca y de vecino tenía a un gallego que era un tacaño del carajo, andaba con sus perros y una burra y yo para joderlo le pasaba por el lado con un tremendo tractor que tenía mi primo y le decía: gallego deja la burra, cuando te vas a comprar un tractor, me miraba endiablado y me decía, cuando me salga de los cojones pepe de la ciudad. Jajajaja me divertía mucho con aquel gallego, era mi entretenimiento cuando me iba de campo; un placer pasar por este inmaculado trabajo.

 

Ante todo pedirte disculpas por la tardanza. No me fue posible este mes de agosto por haber estado en los Montes de León viviendo casi como en el medievo.

Me gusta tu comentario, es jocoso, divertido, pero encierra en él, quizá, la gran cuestión de hoy en día, la misma que viene desde la Revolución Industrial y seguirá sin resolver, mucho me temo, hasta que sea demasiado tarde: ¿se ha de evolucionar sin pies ni cabeza, introduciendo de golpe y sin pensar cualquier avance tecnológico; o se ha de dar tiempo primero a esos hombres y mujeres que todavía aran con mulas? ¿Paso lento y firme; o paso ligero y al azar?

Me gusta tu comentario mucho, como te dije, porque en él, a partir de él, puede uno sacar muchas conclusiones, reflexionar. En cierto modo, metafóricamente, podríamos decir que es la representación de las diferentes españas: las que aún se aferran a las mulas (Galicia, Asturias, Castilla y León, Castilla la Mancha, La Rioja, Extremadura y norte de Andalucía) contra la de tractores (Cataluña, Valencia, Baleares, Andalucía mediterránea, Murcia, Canarias). Dejo el País Vasco y Cantabria por ser estos cuento aparte, una especie de mezcla de las dos otras españas anteriormente mencionadas. Euskadi vendría a ser algo así como Israel, pueblos que conservan su "esencia", pueblos inamovibles pero dispuestos a modernizarse, mas no a costa de cualquier precio, sino a partir de avances que no hieran ni disuelvan la dicha esencia que los mantiene unidos como pueblo. Cantabria, a su vez, sería como una mezcla de lo vasco con lo español, un País Vasco a la española. Son estas españas las que yo veo, como sus diferentes climas. No me olvido de Madrid pues Madrid es el destino donde han ido los españoles de todas las comunidades, la España en sí, la conjunción y catalizador de tantas nacionalidades. Y para ver esto es indispensable haber pasado largas temporadas en alguna de las que usan, todavía, mulas.

Es la mala suerte que hemos tenido los españoles, la de haber sufrido siempre los mandatos de personajes provenientes de las españas de las mulas. Individuos pueblerinos llegados a Madrid; pueblerinos engañados por propios y extranjeros; pueblerinos algunos llenados de soberbia y aires de grandeza en su llegada a la capital. Siempre lo he dicho, es la diferencia —de los Estados Unidos, por ejemplo— existente entre países del primer orden y otros, de las primeras potencias con las comparsas que bailan la música que ellos nos tocan. No hemos tenido jamás ningún Abrahán Lincoln; si quiera un Obama, un Churchill, un Degaulle.

Pero yo no sé quién tiene razón, si las mulas o el tractor, no soy tan listo. Lo que sí sé es que no debe haber enfrentamiento, que no se debe reír el del tractor así como el de la mula no debe reventar a la mula.

El futuro dirá quién estuvo acertado: si el del tractor o el de la mula.

Y Latinoamérica, por suerte o desgracia, es una mezcla de tractores y mulas (aunque más mulas que tractores porque fueron los del sur de España los colonizadores a su pesar. Extremeños, Andaluces mediterráneos (lástima que fueron los menos) y de montaña, murcianos, Extremeños y castellano manchegos como canarios en su mayoría). El problema de allí es que ninguno prepondera, como lo hacen las mulas en España. Allí, todavía continúa la lucha de mulas contra tractores, lid muy igualada pues un gallego mulero puede dar por el culo durante décadas, sino siglos. Difícil doblegar a los muleros de León, por ejemplo; gente dispuesta a morir y llevarse con ellos a su misma tierra aunque no quede en ella ni el más mínimo vestigio de descendencia alguna.

Saludos, Rodolfo. Y recuerda y piensa que el tractor no era tuyo, sino de tu primo. Y la mula, tampoco. Por lo que quizá algún día te haga falta un tractor o una mula. Quiero decir que el pueblo no debe entrar en luchas, que se peleen ellos. El pueblo debe estar con el de la mula y con el del tractor, que son los que alimentan, trabajan; los que en verdad nos hacen avanzar, para bien o para mal, pero sin mala intención.

 

Jajajajajaja me ha encantado lo del futuro, cual futuro. En cuanto a lo del gallego que da por culo por siglos parece que te refieres a Fidel, yo pensaba que Fidel había nacido en Oriente, nada que si te gustan los que dan por culo te lo puedes anexar, yo soy derechista hasta en esas cuestiones sexuales. Yo no tengo un tractor, tengo un Ford F150 v8, una maravilla. A finales de septiembre voy por la finca de mi primo, esta vez le diré al gallego: gallego me cago en tu abuela, nada cosas para joder; un abrazo evano

 

Sí, me refería a Fidel, ese gallego que continúa arando con burra y dando por el culo (metafóricamente, que hay que explicarlo todo) a todo el continente americano desde hace más de 50 años, el mismo gallego que ha arrojado fuera de tu isla a tanta gente, el mismo que lleva financiando y apoyando guerrillas por todo latinoamérica medio siglo, el mismo que ha empezado a entablar relaciones diplomáticas con Estados Unidos (debe ser duro que te la metan bien cuando uno es un macho alfa de derechas). Yo, por suerte y por cabeza, ni soy de derechas ni soy de izquierdas. Mataros vosotros.

Me alegro que tengas un v8 que te hace tan feliz. Yo me compré un v8 en el 92, un BMW, nada que ver con un Ford, como bien sabes. Y soy asexual, casi misógino, por lo que te puedes quedar a machos y hembras para ti solito. Desahógate en la finca de tu primo con el otro gallego, ya que a falta de pan buenas son tortas y espera a que venga elenita y Orees a que le den Me gusta a tus comentarios ja, ja, ja...

Para charlas banales tengo cien bares en mi barrio, en donde hay miles con tus mismos pensamientos.


Un abrazo, Rodolfo.