pequeños destellos de luz que brillan en el oscuro cielo de las últimas fatales horas

vivo una vida triste, patética y vacía

envejecí de mala manera y mi estructura facial
se ha colapsado de tal forma que
donde antes se hallaba el rostro de un atractivo hombre maduro de recia mandíbula y pene-
trante mirada
ahora parece haber una masa gelatinosa sin forma definida en la que sobrenadan
un par de acuosos abalorios mortecinos

ya no voy nunca a los congales y por consiguiente
excepto por episódicos lances trasnochados que por lo regular involucran
la participación de alguna adolescente drogadicta indigente que habré recogido
a las afueras del último tugurio abierto en que recalé de amanecida
-no puedo permitirme ya pagar por sexo y debo recurrir por tanto
a movidas francamente surrealistas a fin de lograr hacer venir a mi casa
a un ser humano que acceda a comerme el rabo para sacarme el veneno del cuerpo-
excepto por ello, entonces
mi vida sexual está reducida a pajearme como un orangután psicópata
viendo en pornotube a insatisfechas y ociosas amas de casa americanas de clase media
dejarse culear por fornidos especímenes afroamericanos
equipados con portentosos garrotes que cuando uno los ve hundirse medio metro en un culo
le dan ganas de haber nacido mujer

sobrellevo el ocaso de mis días
sin tener ya el consuelo del alcohol
con el higado convertido en un puto pedrusco basáltico
y la capa de mucosa gástrica del estómago hecha mierda

razones ambas por las cuales
estoy condenado a seguir una dieta basada principalmente
en hojas de lechuga, tubérculos cocidos, infusiones de sávila
y brócoli a puntapala por sus propiedades desinflamatorias
porque tengo la puta próstata del tamaño de una sandia
y si me sigue creciendo van a tener que meterme un taladro al rojo vivo por el pito
y escarbarme un agujero para poder sacarme la puta sandía de allí dentro

para acabarla de chingar
mi hermana la ricachona que vive en los yunaited esteits
-seguidora acérrima de trump, xenófoba, homófoba, afiliada al kkk y cristiana rabiosa-
y cuyas esporádicas remesas en dólares me ayudaban a sobrevivir
en las duras condiciones en que llevo hundido ya de tiempo atrás,
se enojó y cortó nuestra relación hace algunos meses
cuando en una de mis últimas borracheras le dije que trump, en mi opinón
era un puto pedazo de mierda con patas
y que jesucristo le chupa un huevo a obama, que además es guapo y carismático
-"yizuscraist practice the fellation on obama´s big black balls, my dear sister"
fue más o menos la frase que encabronó a mi pariente-

qué tan jodido no estaré
que esta mañana, luego de levantarme y entrar al cuarto de baño
dos simples razones bastaron para hacerme sentir feliz y agradecido con la puta vida

la primera, que
al remover la bolsa conectada a la manguera que me meto en el pito
cada noche antes de dormirme para evitar estropear el colchón si me meo en la cama,
y a continuación proceder a vaciar su contenido dentro del excusado

pude entonces comprobar con asombro e incredulidad
que no había rastro alguno de sangre en mi orina
-algún efecto positivo había de tener
no contar con plata para comprar ni una puta cerveza-

la segunda, que
al quitarme el puto pañal que me había puesto unas horas antes como vengo haciendo
cada noche por culpa del problema de
distensión del esfínter anal que sufro desde hace más de 3 años

pude constatar que hoy podré utilizar de nuevo el mismo puto pañal
porque para variar la pasada noche, durante ese lapso de difícil trámite noctabularis terrificum,
no me había cagado encima mientras dormía


y cómo chingados hago yo ahora -la pregunta ya se cierne como una nube oscura sobre mi mente-

para no terminar cagándome de alegría por estas cosas maravillosas que la vida aún me regala



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