Pérdida Irreparable

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Dos meses después; Le pregunte a Marilú porque intento suicidarse, me respondió que sin su hijo no tenía nada por lo que vivir, que había perdido su alma y era mejor morir, huir del sufrimiento para salir del gran dolor de la perdida.
Replique inmediatamente; No somos cobardes le dije, somos luchadoras y a pesar de lo difícil que es seguir adelante poco a poco dejaras atrás el dolor y quedara entonces solo el recuerdo Marilú.
Una lágrima rodó por su mejilla y mirando directamente a mis ojos busco en ellos lo único que jamás encontraría: Amor.

Sus siguientes palabras fueron las únicas desde hacía años que lograron traspasar por primera vez la gran armadura que puse a mi alma e incluso todavía logran desarmarme.

-siempre tan equivocada, jamás fuiste luchadora, eres un pedazo de cascara sin sentimientos, vas por la vida como una hoja seca y te dejas llevar, no te involucras por temor, no recibes amor y menos lo das pues ya no tienes, te empeñaste tanto en ocultarlo que desapareció, se esfumo, lo puedo comprobar en la frialdad de tus ojos. Fue por eso que intente suicidarme, porque perdí mi hijo y al igual que tu era lo único que me quedaba, no existía mas excepto yo misma, eso fue lo que me aterrorizo, perderme a mí también y vivir una vida vacía, sin sentido, sin amor, como tú.-


Salí de la habitación del hospital y me derrumbe en lágrimas, lo hice por Marilú, por su dolor, por mi dolor y por aquella pequeña de dieciséis años que perdió el sentido de la vida a una edad tan temprana, cuando un amor maldito sello el destino y le arrebato el hijo en su vientre, dejándola fría e inflexible y que aun ahora a sus treinta y cuatro años no encuentra la felicidad, aun después de haber vivido tanto.

Notas musicales de una nómada