Perlas doradas

Volviendo la mirada hacia el interior,
lágrimas de alegría inundan su ser.

Lágrimas que limpian heridas,
como perlas doradas
depositándose en el vientre materno.

Toda la feminidad y su dulzura,
con la fuerza viril del huracán,
le llevan a paisajes reconfortantes,
en países sin fronteras
y en planetas inexplorados.

¿Cómo mirar hacia fuera,
sin la visión de los dioses?
¿Cómo separar la noche del día?

Conexiones silenciosas
que transmiten informaciones.

Son secretos para ella,
realidades imperfectas
para el gusto humano.

Otro día comienza,
donde pura y sin control,
irá a sus quehaceres
entre tantos otros,
compartiendo vidas,
y regalando suspiros.

 

Ritmo y bellas imágenes nos presentas.
Saludos y buen miércoles.

 

Acnamalas, gracias. Espero que tu miércoles también vaya bien y te inspire un buen poema

 

Fantástica publicación de soberbias letras supremas.

 

Se agradece tu comentario. Un saludo