Pertenecer

El gato se ha dormido en el tejado.
La niña va feliz en bicicleta.
La anciana come el pan recién tostado.
La mujer va al trabajo muy coqueta.

Un hombre con su andar queda atontado,
se enamora de su alma pizpireta.
Da gracias por habérsela cruzado,
nunca podrá olvidar esa silueta.

De esta manera el pueblo ha despertado.
Yo lo observo desde la plazoleta
que me ha visto crecer y me ha encontrado

de niña aferrada a una paleta.
Cómo volver si nunca me he alejado...
aunque he armado mil veces mi maleta.

 

El gato se ha dormido en el tejado.
La niña va feliz en bicicleta.
La anciana come el pan recién tostado.
La mujer va al trabajo muy coqueta.

Un hombre con su andar queda atontado,
se enamora de su alma pizpireta.
Da gracias por habèrsela cruzado,
nunca podrá olvidar esa silueta.

De esta manera el pueblo ha despertado.
Yo lo observo desde la plazoleta
que me ha visto crecer y me ha encontrado

de niña aferrada a una paleta.
Cómo volver si nunca me he alejado...
aunque he armado mil veces mi maleta.

Fíjate que te parece ahora José. Gracias por tu tiempo.

 

Agradable estampa nos describes, como una fotografía de un instante. Un gusto leerte.

 

Muchas gracias Luciana. Cariños

 

El primer verso del segundo terceto tiene algo raro, y en habérsela cambia la tilde; es incorrecta... por lo demás magnífico. Son cosas que nos pasan a todos... o casi todos.

Un placer la lectura, Ana, saludos.

 

Muchas gracias. Cariños

 

Un bonito soneto, descriptivo y con un toque de nostalgia.
Supongo que a lo se refiere el amigo Maroc, se debe a que ese verso, en el acento principal (6ta silaba) cae una sinalefa y como la quinta sílaba
esta acentuada, le cambia un poco el ritmo, pero a mi juicio no tiene mayor significancia.
Cordiales saludos.

 

Muchas gracias. Cariños