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Picho, el perro de Chile

Tema en 'Fantásticos, C. Ficción, terror, aventura, intriga' comenzado por EPV!, 27 de Septiembre de 2015. Respuestas: 0 | Visitas: 778

  1. EPV!

    EPV! Poeta recién llegado

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    8 de Abril de 2013
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    Nadie tiene muy clara su edad ni el lugar del cual proviene, sólo sabemos que el Picho es el favorito de los más grandes y chicos. No siempre fue igual, se dice que antiguamente era un perro callejero, como cualquier otro de su clase. El Picho tenía claro que la gloria no le caería de los cielos, entendía que debía luchar duramente para obtenerla.

    Mi primer encuentro con él fue en el pasaje en el que vivo, cuando tenía escasos años de vida. Él a diario trataba de morderme los tobillos, eso me provocó diversas crisis y pesadillas, a su vez, me indujo a no salir de la casa producto del temor que reinaba en mi día a día. Yo pensaba: ¡perro de mierda! Pero estos insultos mentales eran producidos porque no me percataba en lo que se transformaría más tarde el quiltro de Chile.

    Fue así como pasaron algunos meses y me lleve la sorpresa de encontrarme a este perro en mis aposentos, en el cargo de guardián del hogar. De inmediato fue bautizado con el nombre de Pichicho (Picho para los amigos) dejando de lado cualquier tipo de diferencia que hubiéramos tenido en el pasado. A pesar de desconocer la edad del picho, mi familia entendía que estaba en el promedio más elevado de edad en cualquier perro, por esta misma razón comenzamos a temer por su salud y seguridad. ¡Que tontos fuimos! es que aún no nos percatábamos de los grandes poderes ocultos que poseía el Picho de chile.

    Sin importar la alta edad, el nuevo cachupín de La Florida era el alma de la fiestoca y de las suripantas del barrio. Fue así como intentaba hacer lo que fuera para lograr sus básicos instintos vivenciales, junto a gigantes en la materia: perras de raza Gran danés y Labrador. Pero no todo era bailoteo para la vida del canino supremo, pues, recuerdo ese mágico momento en el cual dejó su pisada en la luna, al mismo tiempo que introducía la bandera de chile lindo. Sí, como ustedes escuchan, fue el primer perro en pisar la luna para los incrédulos lunáticos.

    El canino galáctico, luego de esta extensa expedición y su regreso a la tierra, se encontró con una ingrata sorpresa; yo estaba encarcelado ya hace seis meses y mi familia no había hecho mucho para rescatarme. El Picho sentía que había que actuar rápido y así mismo fue, en una operación de 24 horas junto a su amigo Charquicán lograron liberarme de las rejas y azotes, aun agradezco en mi corazón este gran gesto hacia la patria.

    Finalmente había llegado el momento de volver a casa pero las cosas no volverían a ser como antes solían ser. Cuando llegamos de regreso a mi hogar, me di cuenta que el Picho había perdido su inmortalidad y ahora era más vulnerable. Fue en ese momento en el cual decidió dejar sus funciones de guardián para ingresar a casa, siendo ésta la peor equivocación que pudo haber cometido. En el momento en que ingresó en la habitación de la abuela Ventura no pudo levantarse nunca más: quedó lamentablemente postrado para siempre. Era lógico que ésta loca abuela aprovecharía esta situación para utilizar a nuestro líder a su pleno antojo. Desde ese momento la abuela usó a nuestro Picho como uno más de su colección de juguetes.

    Nosotros ya dábamos por perdida la lucha, justamente en ese momento y de manera inexplicablemente sucedió el milagro que nadie había considerado como posible. Al tercer día de haber caído postrado el Picho se levantó como si nada y con desesperación corrió a las calles del gran Santiago. Nunca creí que sus ansias de libertad fueran tantas, fue parecido al evento de Jesucristo, pero el Picho no resucito al tercer día, sólo se levantó de su guarida. Habíamos vuelto a soñar en un futuro mejor, pero justamente en ese momento fue cuando nuestro Picho volvió a caer pero esta vez cayó para siempre.

    Mi madre me comunicó que era el instante de desaparecer los restos. Mientras la abuela Ventura no se daba cuenta, mi progenitora introdujo en una gran caja al cuerpo inerte del ya fallecido. Con rapidez mi madre emergió a la calle, esperando el camión de la basura, para hacer entrega del cuerpo previamente mutilado de nuestra gran mascota. Mientras caían las lágrimas del rostro de mis cercanos, se podía observar cómo se saboreaban los hombres del camión de la basura, tal vez por el festín que se darían más tarde al colocar al Picho sobre la parrilla.

    Si ustedes creen que esto acaba aquí, están muy equivocados. Hace poco tiempo, un día de atardecer, luego de volver de clases, me encontré con la sorpresa de que mi madre ya había encontrado al reemplazante y no era cualquiera, se trataba de la Picha que es la imitación barata de nuestro recordado canino espacial. Tiene los mismos rasgos físicos, junto a una juventud que no poseía nuestro perro chileno, pero el cariño nunca será igual. ¡Esto no puede estar pasando! es una falta de respeto para miles de chilenos que hemos vivido por la obra y gracias del Picho… Gracias Picho, gracias Chile.
     
    #1

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