PICO Y PALA

Mi sangre
sera el agua,
y la vuestra
que caera,
el abono.
Mis brazos,
las ramas del arbol
que hunde sus raices en el pico
y en la pala.
Mis puños
sus espinas,
y mi pecho
su corteza.

Regareis a la sangre con la que regais.

Creareis los vientos que haran
levantarse a las olas del mar.
Nos veis molinos,
y gigantes somos.
Agua brava contenida en presa,
a lomos arrastramos.

Ved y oid al pajaro carpintero,
la sargantana, el buey,
la naturaleza obrera.
Sentid el calor del frio,
la saciedad del hambre.
Los ojos como unica bandera.

Alzad en vuestras bocas la
templada voz de rebeldia.
¡Rabiarla, morderla,
luchadla!

Escuchad a mi madre.
Escuchad a mi padre.
Escuchad a la tierra.
Escuchad al mar.

 

Sur:

Un poema excelente.

Un saludo y felicidades

Jaime

 

Excelente poema, sin más que añadir. Basta una lectura para pegarse a cada verso y sentir la voz que empuja, que llama, que subleva.

Lamentablemente, para los tiempos que corren, utópico por completo.

Pero yo soy de los que adoran las utopías, y creen en que algún mañana, quizá, puedan tornarse en algo tangible, real.



Saludos.