Planeta Rojo

Llamando al Planeta Rojo

y a los humanoides

de la bóveda celeste:

auxiliad a este explosivo planeta,

buscad en el yermo de su tierra;

que se siente asfixiado,

contaminado y secuestrado

por sus habitantes más bárbaros

y por su gente más siniestra.

Dadnos de vuestra vital ayuda

en esta oscuridad que nos somete,

nos aniquila y destruye.

¡Oh fuerte Luz del Universo;

venid a esta tétrica oscuridad

que nos cierne!

Hercólubus, que también se llama

el Planeta Rojo hizo caso omiso

a la llamada.

Dijo que era nuestro destino,

que los humanos lo habían elegido.

Y el castigo llegó a la Tierra;

y la lluvia de agua

se convirtió en fuego,

lo verde se tornó a negro,

los desastres nos asolaron,

los cuerpos se desangraron,

las mentes enloquecieron…

Y todos gritaron:

¡Socorro, auxilio…!,

Pero ya era demasiado tarde,

nadie respondió.

 

Me gusta este puntillo tuyo ecologista que tanto prodigas en tus poemas, seguramente en parte se deberá a el sitio ese tan bello en el que vives, pues nada a seguir así y a ver si esto tiene remedio y no nos vamos directos al desastre. Abrazote vuela. Paco.

 

Así es querido Paco, ese puntillo mío ecologista como tú bien dices,no puedo evitar sacarlo, y siempre que puedo le digo a los más chicos que hay que cuidar y respetar nuestra amada naturaleza, para así poder disfrutar de ella. Un fuerte abrazo con gran vuelo.

 

La Madre Naturaleza no nos necesita.
Y se lleva mejor con los reinos vegetal y mineral.
El reino animal es el que necesita a la Madre Naturaleza, y no al revés.
Haces bien en recordarlo.





Somos humanos, pero pertenecemos a la fauna. No a la flora.