Poema 123

Déjame morder
el Támesis sagrado
que enardece tu sangre;
galopar tu vientre de brasa y fuego,
bajo el principio irracional,
del instinto y la locura.

¡Oh, noche estelar,
en la que no soy
yo mismo!

Hoy me multiplico con ojos vendados,
para taladrar tus labios encrespados,
más allá de las formas...

Con premeditación y elevosía,
escalo las cimas de tus senos,
moldeando la arcilla
fornicante de tu cuerpo.

El deseo palpita sin tiempo,
mientras nuestros muslos,
retuercen paleolítico nudo.

Nada interfiere
en el crepitar del ansia,
cuando la idea y la palabra callan.

Bajo el fresal ardiente del deseo,
nuestros cuerpos y espíritus
revestidos de luz y fuego,
se funden en el amor,
como nadie nunca, lo ha vivido,
¡ni sentido jamás!

Tato Ospina
DRA
Colombia​

 

Vibrante y apasionado poema querido amigo...
Un gusto leerte...te abrazo con todo mi cariño...
Nancy