Poema 500

Me desgasté
raspándole el oro a la vida,
hasta que la vida
de darme oro se cansó;
demarqué los siglos
de la soledad, la nada y la pobreza
e inverné espasmos y agonías,
en largas noches de dolor.

Trizé estalactitas
con mis uñas de sangre,
la pupila del desvelo
con su ojo muerto me arrulló,
cascabeles de alfileres y clavos
violentaron el cauce de mis sueños
y como un suplicio inclemente,
la furia del trueno me quemó.

En el humus de mi mente,
una leve y milagrosa idea me sonrió,
(altiva metáfora,
luz de nueva vida y esplendor)
rozando el jardín de la esperanza
como una esbelta y bella flor,
en fiel y firme alianza decidida,
la idea misma, en mi alma se posó.

Abracé el nuevo día
con su alba, su sueño, y su sol,
absorbí de la esencia del alma
su sentimiento de lucha,
humildad y amor,
deshojé los pétalos del silencio,
el tiempo y la magna inspiración,
para poder vivir en paz,
con el mundo, conmigo mismo...
Y con Dios!!!

Tato Ospina
DRA
Colombia​

 

Muy bello poema ejemplo de vistalismo y esperanza, sensible y hermosa escritura para un certero contenido. Me ha gustado mucho amigo Tato. Un abrazo. Paco.