poema de amor

La soledad de la mariposa.

Pobre de ella que voló desde tan lejos, para salvarse de un futuro incierto. Lastima que era tan débil que no logro mantener el rumbo por mucho tiempo.
Pobre de ti; si tan solo el destino, te hubiese regalado un párrafo de lo que tenia deparado para ti. Y si lo hubiese hecho, ¿estarías conforme con tu suerte? Que paso contigo pobre mariposa; buscaste refugio y lo que encontraste, solo fue el espejismo embustero de la felicidad. Si hubieras conocido el final de tu poema, tal vez la falsedad, y el orgullo no te habrían destrozado las entrañas, y expuesto tu interior, de manera que te volvieses frágil ante la verdad, y navegarías sin destino certero a la locura y al olvido.
Por que te enamoraste ciegamente a la ventana; porque deseabas más que nada fundirte en el sentimiento, sin importar que marcaras tu final al hacerlo.
¿Qué es lo que viste mariposa de mi alma, que tanto te cegó a la incertidumbre?
Fue a caso el calor y alegría que traspiraba la casa lo que tanto deseabas; o fue el amor que percibiste al posarte en el marco de la ventana el sentimiento que tanto necesitabas.
Al volar lejos de casa, y no completar el rumbo de tu destino, se desprendió una parte de ti, que te hizo olvidar que no eres humana; que te hacia dar cuenta de tu importancia y valor; al interrumpir tu viaje y entrar por esa ventana, olvidaste que eres libre, y que la armonía de la libertad, solo es perceptible, para aquellos que en su interior, encuentran su propia vanidad reflejada en su corazón y lo puro que este sea.
Que tristeza, ver un ser puro y perfecto, desvanecerse enteramente a causa de la decepción. Y fue demasiado tarde cuando te diste cuenta de la verdad; por que no te olvidaste de tu búsqueda cuando la ventana se cerro; por que no seguiste el camino que no completaste hace ya algún tiempo. Por que necesitabas tanto otra ventana en la cual asomarte; por que debías de buscar la felicidad en esa otra ventana.
Te diste cuanta demasiado tarde. Lo que viste solo fue la otra cara del amor; te enamoraste tan ciega y perdidamente del amor, que cuando conociste al odio fue un golpe tan duro para un ser tan frágil como tu. Caíste y jamás te lograste levantar.
Pobre mariposa, nunca lograste entender que no puede existir el amor sin que exista el odio, y eso marco tú final.
Pobre de ti, al olvidar lo que eres dejaste de existir; y al dejar de existir perdiste tu libertad, y ahora solo encontraste la soledad.

 

Mariposa confundida... una mujer puede que esté destruida. culpas, temores y puede que hasta odio perfectamente plasmados aquí. todo un verdadero placer leerte. me gustó. saluditos.