Poema del tiempo

Poema del tiempo

Alejandrinos pareados

Recordaba su imagen, tanto tiempo perdida
por los años de ausencia… y el correr de la vida.
Si de nuevo he venido, tantos años ausente
es para revivir mi ciudad y su ambiente,
los amigos de antaño que perdidos creía
y una novia muy joven que creí siempre mía...
Quise ayer recordarla. Pregunté por su casa
sin saber si vivía. Es lo que siempre pasa
cuando todo termina. Y si queda un rescoldo
del incendio apagado, sé que yo no me amoldo:
porque el agua que pasa, y es corriente de un río,
nunca más volverá a alegrar el estío.
Volverán otras aguas a mostrar su frescor,
volverán otras noches donde sueñe otro amor
pero nunca serán como aquellas de antaño
tan cuajadas de amor, sin que fuese un extraño.
Me acerqué cauteloso. Me detuve en su puerta.
Mi argumento era pobre… mi pregunta era incierta.
Si de frente la viese ¿qué saludo daría?
Me detuve un momento… meditando qué haría.
Y, de pronto, en la acera… frente a mí, caminando
se acercaba su hermana que, al andar, fue mostrando
el esfuerzo que hacía cada paso que daba
porque con cada paso, el bastón le temblaba.
Me mantuve aguardando para darle un saludo:
mas… conforme avanzaba… me dejaba más mudo
porque no parecía que su faz fuese aquella
otro tiempo tan grata, con figura tan bella
y ya tan arrugada, y tan triste y tan seria.
Medité convencido… de que somos ¡miseria!
cuando pasan los años: se nos va la belleza,
y lo que antaño fue juventud y entereza
se nos va transformando, sin que nada lo impida,
sobre todo en la carne… ¡triste trance de vida!
Me afirmé, convencido, de que no debo verla.
Porque quiero guardarme su sonrisa de perla,
su tersura de cutis, su viveza de ojos
cuando a mí me miraban con mohines de antojos,
aquel busto impecable, tan erguido y soberbio
con su genio y su vida, con su fuerza y su nervio…
Pero ahora no quiero encontrármela fea
y no quiero tampoco … ¡ay, ni que ella me vea!

 

¡¡¡Bravo Caballero!!! has compuesto una obra de arte. muy bien estructurada y rítmica. Mejor quedarse con los recuerdos del ayer, para no llevarse una decepción, no vaya a ser que uno se traumatice, jajaja. Te felicito poeta, Ha sido un placer haberla leído, te dejo reputación bien merecida.
Un abrazo.

 

Unos bonitos pareados alejandrinos, Caballero, con ese cierre simpático en el que adviertes que tú también has sufrido el paso del tiempo. Podría contarte una historia... Pero dejémoslo acá. las experiencias de vida a veces son dolorosas.

abrazo
Jorge

 

Es una historia de muchos sentimientos encontrados, Sr. Caballero. Es tan difícil encontrarse a veces con las realidades que nos tocan en el instante del presente. El paso del tiempo es voraz y carnívoro, nos deja muchas secuelas y marcas abiertas, aunque el alma siempre quiere seguir viviendo.

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