Poema leído por una madre extraído del baúl de un hijo muerto.

No esperes todo,
sólo se un guardián más de donde no se puede esperar;
mira que antes de que las flores usen su conciencia deprimida
en tu frente martillada a la llamada perene e inherente de una guardia firme y reprimida
existió el hastió.

Antes podías formar y transformar, pero ante todo
y aunque la palabra sea anterior
y milite derrotada, aterida, aterrada, mantenida agobiada y suplicante,
y aunque en frecuente armonía permita con estulticia promover la osadía
y engalanada ante todo lo que pasa

Antes, fomentaste con gentileza la ganancia de pérdidas.


¡Aterriza, no llores por una muerte, aunque sea la mía!

La perdición esta en todos los detalles que pasaron por un tiempo
y lograron afirmar que los pensamientos han salido de esta mente abultada
y no han logrado jubilar de ninguna forma
y ni un pensamiento coherente y endulzante ¡que belleza!

Son sólo un montón de letras apretadas en el ramo de jilguero,
un pedazo de cielo lleno de humo negro y angustia pintada.
¿Dónde puede ser la nada de un tono más rápido?
Sólo es METAPOESÍA.

¿Acaso puede ser que sea la lentitud la que no permita que al pensar todo sea formante?
y en un ataque y en rápida escritura, y nada, nada nada y se puede permitir y se revierte
y con palabras que no sé desgastan y salgan anterior a esto poco y a esto poco,
y como avanzo en estos estúpidos y pendejos pensamientos y me adentro en algo que

Posiblemente también sea un verdadera mierda reverenda.