Poirot y yo somos diferentes.

Mientras escribo una de mis poesías
haciendo las trampillas de costumbre
robando el alma a poetas de relumbre
(un simple plagio a mi no me valdría)

hago con la tostada virguerías
por ver si dura, dada su poquedumbre,
tanto como el café, sin que sucumbe
antes que éste, pues éste sobraría.

No quisiera así empezar el día,
tan caótico, tan incircunspecto
descontrolado y loco; yo diría

que imposible de manejar; infecto
de dicha asimetría, de herejía
gastronómica vil, de error abyecto.

 

Me ha gustado tu soneto, original en su idea y bien escrito amigo manuelo. Un abrazo. Paco.

 

Gracias mil a tí, Paco. Un abrazo. Manolo.