Polvo, amigo mío

La vida es la bombilla que ilumina
bailando levemente en el vacío
igual que la corriente de algún río
anclada en nuestra sangre cual sabina.

La raya que el camino nos destina
no es dulce cual cantar de pío pío
es sello ya estampado helado y frío
que mata todo aquello que camina.

Si tú eres de secano o regadío
o vuelas cual alegre golondrina,
si lobo solitario o de gentío

traes flores, aire tierno o una espina
recuerda que eres polvo, amigo mío,
y todos somos tierra de la mina.

 

No es que seamos sólo polvo. Es que nuestra consciencia física, de la cual pocos la superan, nos identifica con la materia y las enseñanzas actuales emplean esto como indiscutible dogma de fe. El cuerpo, vida y mente no deja de ser más que un instrumento, un coche viejo que tarde o temprano tendremos que abandonar.
Nosotros somos seres atemporales que vamos sumando experiencias a través de muchas vidas y vamos incrementando nuestra consciencia hacia la consciencia espiritual que será nuestra meta. Lo actual no deja de ser un camino pasajero.
Cordiales saludos y buen soneto aunque discrepo en su contenido.
Castro, el gallego.

 

Gracias por tu paso, amigo Castro, y por tu atenta lectura. Cada uno tenemos nuestras creencias y nuestra filosofía de vida, la base para toda convivencia es el respeto que nos debemos como seres humanos pese a nuestras diferencias, la condición se debe respetar igualmente sea cual sea como base para la paz, así lo siento en mi ser en este presente tan relativo. Me encantó que expresaras tu reflexión vital y por supuesto siempre la miro con gran respeto.

Un saludo cordial, galegiño.

Alberto.