Por mis cojones.

Que idiota el ser humano, ¿no?
Solo nosotros somos expertos en escapar de la persona
que es la única capaz de encontrarte
cuando ni tú mismo logras hacerlo.
De alejarnos de quién fue capaz
de saltar tu propio muro de Berlín para abrazarte.
De quien acarició tu coraza
hasta que esta se abrió
como cuando florece un capullo en primavera.

Las personas somos tan cobardes
que cuando escuchamos un imposible ya nos rendimos.
Ni lo intentamos.
Yo sé que los imposibles
solamente es un adjetivo en plural,
que eso no define mis límites
y si me creo capaz,
lo haré.
Por mis cojones.

Nadie va a decirme si puedo o no puedo.
Si debo o no debo.
Que es lo que tengo que querer
y lo que no.
Que yo haré lo que me apetezca,
que para eso estoy enamorada
de la libertad que me otorga mis alas
al alzar el vuelo.