Por qué no tengo vida para regalar.

Tengo ganas de que alguien me quiera...
Alguien capaz de cerrar los ojos y verme en la oscuridad.
Alguien que no se aturda con mi voz, que sienta melodía al escucharme.
Alguien quién no tema tocarme, que no permita que sus enojos le roben mi piel... Alguien que no censure mis manos, solo por darme una lección.
Tengo ganas de que me amen...
Quiero a alguien que pueda callar, que no lastime mis oídos, alguien que no busque ganar, que ni siquiera intenté pelear.
Por qué no tengo vida para regalar.
Tengo ganas de no tener razón, de que no haya motivos para discusión, que no se apague el fuego por un desacuerdo. Que no se derramen lágrimas y aparezcan más te quiero.
Por qué no tengo vida para desperdiciar.
Quiero a alguien que baje los brazos y no por cansancio si no por amor.
Alguien que inventé un mañana donde estemos los dos.
Alguien que no censure su cuerpo solo por darme una lección.
Quiero alguien para amar sin más, por qué no tengo vida para regalar.

 

No tienes Vida, porque no tienes aliento.
El aliento es el ¡ Ánimo !
Conformado por Ánimus y Ánima:


a ) Ánimus: Arquetipo de padre, inherente a la Psique de la hembra. Logos o conocimiento.
b ) Ánima: Arquetipo de madre, que adorna la Psique del macho. Eros o relación.


Entonces, hay compensación.
Ella puede ser tu padre. Y él, a su vez, puede ser tu madre.
De ahí, obtendremos el milagro de la Vida.
Pues la Vida es un milagro, y no sólo un soplo, o un suspiro.
Si quieres tener Vida, debes admirar a los insectos, a las plantas, a los animales, a los ríos, a los mares, y a las nubes del cielo.


¡ Admira ! Contempla. Calla. Y tendrás vida.