Postrado en las tinieblas

El desarreglo, la zozobra, el desgarro
proliferan a la vera de un SDF
que testimonio de cuantiosas noches
interminables, dónde el sollozo por
desaparecer de la faz tumultosa predominan
incansablemente como una pulsión.
La demora de los delirios sedantes
ante la exacerbada necesidad del sin nombre
- que atenuado en lo más alto del podio de sus desdichas inasumibles para todo mortal -
lo tornan senil y marginal. Muy a su pesar acongojante
prosigue arrojado en el desamparo mundano
mientras que la fiebre de la melancolía yace
silenciosa como el tumor en fase inicial
impredecible como la rebelión de una célula
e irreversible como la métastasis de este mal;
hasta invocar a satan dentro de un ser que anhela, que implora... ¡ tropezar en el abismo del delirio ! para así, de una buena vez por todas conceder su razon a la nada; et enfin calcinarse... en los sotanos de iblis o si la gracia de dios lo indulta, reposar eternamente en el presunto paraíso tras atravesar el horizonte del más allá.​