Pregúntale a Sócrates

Un camino sin respuestas,
un dolor que nunca amaina
entre dudas mi condena,
entre verdades la esperanza.

Con preguntas tan sutiles,
con cuestiones germinantes
y mi mente tan sedienta
que profiere gritos agonizantes.

Y por eso es que pregunto:
¿qué es el amor y dónde lo busco?
enredada y sin nombres
mejor, pregúntale a Sócrates.

¿Dónde vive la justicia?
y la mente no contesta,
¿es esclava de la avaricia?
y la razón se pretexta.

Pues comunes son las dudas
y tan cortas las respuestas
sin experiencia no se conoce,
anda, pregúntale a Sócrates.

Que se ilumine esta vida,
encendiéndose el candelabro;
de aquella luz, filosofía,
de lámpara que sigue brillando.

¿Qué es la vida y de donde viene?
¿qué la certeza y sus congéneres?
¿dónde habitan las razones?
sin envidia, pregúntale a Sócrates.

De tantos Anitos, Meletos y Licones,
que de avaricia llenaban su condena,
empañado el papel de sus deudores
y los que te vieron pasar por esa pena.

Que te pregunto con total firmeza,
acude ahora a tu infalible interrogante
que has llenado el corazón de este poeta
con la certeza que parece vacilante.