Presentación de mi aflicción

Buenos días,
hoy me propongo escribir aquí por primera vez con un objetivo que todavía no tengo claro. No sé si este foro está muerto, pero espero que al menos el desahogo cure mis penas.
Me presento, mi nombre es Eliecer, tengo 16 años, estoy en 1º de Bachillerato y me considero a mi mismo un poeta y amante del Romanticismo.
Supongo que todo comenzó este año con la asignatura de filosofía. Soy un chico curioso, y la filosofía me viene de perlas. Las matemáticas me van bien, pero las ciencias no soy mi especialidad, mi mente no es cuadriculada, mientras la gente piensa como hacer los problemas, yo pienso en como pudieron surgir. No voy a contar toda mi vida en un foro random así que voy al grano.

Me siento incomprendido. A veces mi profesora de filosofía es la única que entiende como me siento. Mi curiosidad en el amor platónico provocó que me prestara "Las desventuras del joven Werther" y a partir de ahí, mi aflicción y gusto a la lectura solo han ido a peor. Empecé a escribir poesía para expresar mis emociones a comienzo de curso y pienso que tengo talento, pero me quedó bajo la sombra de los grandes gigantes como mi querido Bécquer. Soy muy idealista, y últimamente prefiero leerme un clásico como "Jane Eyre" o "Cumbres borrascosas" que vivir la cotidianidad. El problema viene con mi personalidad. Me encanta debatir de temas religiosos, políticos y filosóficos. Los chismes y todo ese tipo de conversaciones mundanas me aburren, no sé si esa es la palabra que mejor describa mis sentimientos pero todo eso me parece insignificante comparado con las preguntas existenciales que rondan mi cabeza. Me siento solo e incomprendido porque la gente de mi alrededor no entiende del todo mi naturaleza y tengo el temor de vivir como un incomprendido el resto de mi vida, puede que a lo mejor por eso escriba en este foro. La esperanza es lo último que se pierde.

Llevo así desde el año pasado y casi te podría decir que desde pequeño. Nunca he estado a la par con los gustos de mi generación contemporánea. Hay días en los que la melancolía me come vivo y mis ganas de evadirme de la realidad me absorta en mis pensamientos. Ya he perdido el hilo de mi narración porque tengo una nube de sentimientos y pensamientos que no me deja expresar todo lo que siento con las palabras adecuadas.

Solo quiero saber, que existe en algún lugar, en algún remoto páramo, una persona como yo. No que sea como yo, ya que algunas personas a las que he confesado estos sentimientos piensan que quiero un clon mío. Quiero saber que existe alguien con quien poder conversar de poesía, cultura, filosofía, política o cualquier tema relevante para mi corazón sin temer a verme contra la espada y la pared de dogmas, irracionabilidad e inseguridades. Quiero saber si hay alguien ahí afuera, con quién se pueda aprender y cuestionar, sin miedo al qué dirán.

Quiero saber si mi destino no es vivir entre melancolía y taciturnidad por el resto de mis días. Conviviendo con las imágenes ideales que me creo de personas y de la sociedad, esa idealización que me estalla en la cara cuando la mismísima realidad se me planta delante. Quiero saber que no soy el último ser del Romanticismo que sigue en pie en nuestros días.

Quiero saber que mi enfermedad tiene cura y que no soy una violeta en un campo marchitado. Mi único apoyo estos días son otros autores, con quiénes no puedo evitar reflejar mi aflicción ya que muchos de ellos pasaron por lo mismo por lo que paso yo.

Releyendo este texto no consigo ver que mis palabras reflejen mis sentimientos, pero supongo que son lo más aproximado que pueden ser en este momento. No espero respuesta a mis preguntas, ni que me entiendan, porque ni yo mismo me entiendo.