Presentación decadente

Primero que todo debo saludarlos como el hombre común y corriente para después tomar una escopeta y disparar en medio de sus cabezas, viendo la belleza de sus interiores expandirse por las calles sucias de la localidad mundial. Hemos ayudado para hacerlas más sucias. ¿No era esa su intención alcalde y presidenta expandida (globalizada)?

Es hora de poner los pies sobre el sofá, estirar la antena y prepararse para sintonizar la cadena nacional de los hombres alambre. Muerte a los muchachos que por unas cabritas (alimento para el núcleo sofisticado) matarían a la comunidad de ancianos.

Bienvenidos al mundo sin jóvenes pero con muchos viejos a punto de morir: les revelaran sus historias de vida durante los próximos años de incertidumbre y ahogo, las experiencias de vida que ya se acaban mientras se pudren sus cuerpos muertos, los que luego del fin del mundo serán rehabilitados con tubos de oxigeno zombie.