Primer manifiesto de los poetas

De Mneumosine cordón de plata
hijos somos de la memoria
de Olimpo la simiente,
somos hijos de los cielos.

Pluma de ala de Pegaso
impredecible como el viento
inspiración en nuestras manos.

Calíope, bella voz al oído susurrando
como tormenta algunas veces
como brisa de vez en cuando.

Navegante en piélago de letras
en la isla de Capri
las palabras aclamantes
se multiplican como estrellas.

Moradores de bosques milenarios
invocando musas caprichosas
se deslizan en versos
como auroras boreales.

Míticos dragones, esmeraldinos cantores
ígneas palabras, incineran las almas;
al delirio del amor lleva
con sus escritos de fuego
incinerando la calma.​

 

Bellísimo, con la elegancia del versar clásico ,mítico saludos desde Costa Rica