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Prisionera

Tema en 'Relatos extensos (novelas...)' comenzado por pequeña anie, 8 de Junio de 2017. Respuestas: 0 | Visitas: 749

  1. pequeña anie

    pequeña anie Poeta que considera el portal su segunda casa

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    "Aún sin saber el ¿porqué? se encontraba frente al espejo, vestida de blanco con la mirada ausente, perdida o mejor dicho contrariada, no recuerda en que momento de su vida dejó de ser dueña, o... ¡tal vez nunca lo fue!".

    28 de julio de 1951

    Cuando aún era anochecido un alboroto se formó, doña Gracia se puso en labor de parto, don Diego de la cruz ( un caballero de normas y costumbres enraizadas) se mostraba ante sus empleadas tan altivo y orgulloso a la espera de su tercer hijo. Doña Gracia sabía que esta vez, no sería niño pues su intuición le avisaba ¡será niña! con pesar lo decía en su pensamiento (pero no seáis mal pensados, a ella le dolía esté pensar no por que fuera niña, sino por lo difícil que era aún en ese tiempo, ser mujer) aclarando esto sigamos con mi relato.

    El alboroto era cada vez mas grande, los gritos de la parturienta alarmaban, parecía que el bebe se negaba a salir lo cual a don Diego le dio señal de que sería como él...

    -Parece que será testarudo como yo, ya que no quiere obedecer a ninguna...saldrá cuando él quiera- dijo soltando un par de carcajadas.

    Mientras tanto doña Gracia casi sin fuerzas con dulce pensar susurro a su vientre desde el corazón.
    _ No temas hija mía a nacer en este mundo de machos, aquí estaré para abrazarte todo lo que haga falta.
    La criatura salió con brío sin darse más a esperar, como si el pensamiento de su madre le hubiera dado valor para salir al mundo que la esperaba.

    Se oye el llanto con tal fuerza que retumbaba en la estancia e hizo poner de pie a don Diego que estaba en un sofá sentado casi dormido.

    - ¡Qué pulmones! se nota que es un niño y que será el más fuerte- decía mientras esperaba que sacarán a su hijo para conocerlo.

    Salió por fin la partera y con una sonrisa después de decirle que ha nacido fuerte y que todo ha salido bien, felicita a don Diego y le dice que esta vez, ha sido una niña.

    Escuchar que era niña al orgulloso padre lo decepcionó en su naturaleza machista pero enseguida pensó que su hija podría ser una buena inversión y tomándola en brazos dijo en voz alta

    -Después de todo, podrías ser una gran bendición -

    Llevando a la niña junto a la madre que aún yacía casi sin fuerzas, ya toda aseada y acomodada para reponerse, doña Gracia esperaba con ansias tomar a su niña en brazos, en cuanto la tuvo le plasmó un beso y sin contener el emotivo llanto tomó su delicada y pequeña manito y le susurro...
    -Siempre estaré para abrazarte, mi niña-

    La mujer con su criatura en brazos sintió una conexión tan fuerte que apenas oía a su esposo. Quien no paraba de hacer pñanes en la cabeza sobre el futuro de su hija recién nacida.

    Con una tosecilla rompió el momento íntimo y enternecedor en el que estaba ensimismada doña Gracia a la vez que dijo.

    -Como es niña, dejaré que escojas el nombre-

    Sintió una gran emoción ante ese privilegio ya que en los hijos no pudo opinar sobre este tema y a disgusto tuvo que aceptar que sus dos hijos varones se llamaran Juan Diego en honor al abuelo paterno y padre y que el segundo hijo fuera José Luis también en honor de los dos pero en orden contrario.

    -¡Libertad!- exclamó con fuerza la mujer, como si quisiera que el nombre de su niña retumbase en toda la casa.

    -Esta bien, se llamará libertad, ¿el segundo nombre?
    -solo...Libertad- dijo con voz suave

    28 de julio de 1966

    El amanecer se cuela por la ventana, son las seis y media de la mañana, remolona la niña no quiere levantarse pero un pensamiento la despabila enseguida ¡ya, es el día!. Enseguida sale de la cama corre a lavarse la cara, se peina, se quita el pijama y se viste para ir a desayunar mientras tararea "cumpleaños feliz ".

    -¡Libertad!
    -Digame, padre- contesta la niña con el corazón exaltado por el grito de su padre.
    -Espero que al cumplir ya quince años, tu comportamiento vaya más acorde al de una señorita que a un animalito salvaje.
    -Si padre, asi será

    Apesar de lo estricto que era don Diego y su manera tan huraña de comportarse con su hija, Libertad ha tenido la complicidad de su hermano mayor Juan Diego y de su madre.
    Juan Diego a sus veinticinco años era un romántico, soñador y de un pensamiento muy distinto a todos los demás hombres como su padre, él para no tener constantes enfrentamientos con don Diego se pasaba viajando con el pretexto de conocer mundo, a Juan Diego le gustaba leer e inculcó esa pasión a su hermana por eso le traía libros en cada viaje que hacía.
    Doña Gracia se las apañaba siempre para sacar de los lios en que se metía su amada Libertad.
    " Así pues dentro de lo que cabe Libertad creció con una niñez no tan mala como hubieramos imaginado por la manera de pensar de don Diego ".

    Libertad había terminado la primaria a los 12 y aunque su deseo era estudiar más, en ese tiempo el pensamiento machista creía que a las mujeres no les servía de nada el estudio pues las mujeres solo sirven para formar un hogar y dar hijos, según los grandes machistas.
    - Libertad- se oyó una voz dulce
    -Si, madre- contestó la entusiasmada niña
    -hija mía, quiero darte tu regalo, acompañame a mi habitación
     
    #1
    Última modificación: 15 de Junio de 2017

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