Profesores.

Me enamoré de Dios.
Algunos piensan que no existe.
O que es un compendio exagerado de asignaturas escolares, que nos enseña la vida.
Me gustaba asistir a clase. Me daban a probar la fruta prohibida.


Estoy exagerando, dado que el colegio no es el Paraíso Terrenal.


Pero sí intuía la diferencia entre el Bien y el Mal.
Dios está en todas partes, involucrándose, comprometido.
No sólo en el templo, o en la Tierra Prometida.
Ha de someterse a sus propias leyes, pues es coherente con la obra creada.


Y la disfruta, minuto a minuto, día a día, año tras año.


Le pongo nota.
Me permito el lujo de examinarle.
Aprueba siempre.
Y me pregunta: ¿ Esto es una Broma ?


Usted primero... No, usted.


Nos cedemos el paso.

 

La existencia de Dios es un traje hecho a la medida de quien lo invoca. Saludos cordiales Nommo.

 

Pues a mí, me sienta bien ese traje.
¿ Sabes a qué se parece ?
Al mono de esquí.
Muy abrigado.

 

Veo que tus relaciones con Dios van viento en popa... saludos Nommo, que vaya todo muy bien.

 

Sí, finalmente, he trabado amistad con el Mar.
Representa el espacio infinito, lleno de universos-burbuja.
Universos que son latidos de corazones creadores.
El Mar es como la barriga, en el ser humano.
Porque Dios es como el corazón.
Entonces, el vientre es el centro del cuerpo. Donde está el ombligo.