Profundo soñar soñando despierto

Ahora camino o comienzo a nadar dentro del terreno poético...
Llevo días describiendo la belleza, si la belleza pudiera resumirse o expresarse en una sola definición perdería su riqueza. Solamente queda buscar dónde existe la belleza. En la Naturaleza esta se halla desperdigada, dispersa entre plantas y creaturas del reino animal.
Pero la belleza en su máxima expresión, la que su esplendor es capaz de conquistar el corazón, ¿dónde hallarla? Es en el microcosmos, el mundo-vida de la persona amada, es posible ver la belleza en sus párpados, en una sonrisa, oírla en el rico sonido de su voz.
Ante tus ojos libre soy, juntos caminemos ante la luz y llama de los corazones que a la par laten. Desearía haber nacido amándote y expirar en el futuro con tu nombre en mis labios. Bello ideal que todo ardiente corazón abriga en sí.
Superado un tiempo de desamor, por más que intente eludir o esquivar al amor, me atrapa irresistiblemente. El amor puede ser más fuerte que todo. Lo malo es cuando se vive su agonía y final, pero nunca he visto su final en sí pues no he dejado de amar ni un sólo día sin importar lo que sucedía.
Cuando la belleza en todos sus aspectos cautiva en demasía al corazón, nace el amor y su esencia comienza a desplegar sus alas, se abre como la flor al ver clarear un nuevo día.
Ansío verla a los ojos, la belleza es suficiente en sí misma para contemplarla extasiado, atención absoluta hacia su persona, bastaría besarla con la mirada, lo daría todo por su mirada, por su sonrisa le daría cielo, es posible besar con la mirada, sí, realmente lo es, es insuficiente pero es un bello comienzo, desde la platónica admiración a la belleza misma, la apreciación platónica no es un ideal "imposible", no, en realidad es el amor por la belleza misma cuando el alma asciende hacia la más bella contemplación, el mundo alrededor del amante desaparece y la amada solamente está ante sus ojos, no interesa el contexto, quien realmente importa es la bella muchacha que se aprecia ante los ojos atentos en su aprecio.
Vuestra virtud, sabiduría, ternura, belleza, erudición, ingenio, buen sentido, dulce humor, y muchísimas cualidades más suyas producen amor en mí.
¿Pueden imaginarse los besos que no se dan y arden en la boca?
¿Podría explicarme por qué su belleza es tan cautivadora?
La belleza es un dulce y divino misterio e intentar explicarla por medio de meros conceptos es imposible, es como intentar explicar la esencia divina.
La pureza del celeste cielo me recuerda a su hermosura, el cielo es copia de su belleza, su dulce esencia está en mi espíritu como un sello.
Mi corazón la elige, ante mí aparece y me detengo a apreciarla, no me arrepiento de ello.
No he buscado flores, no, pero una flor, la más bella de todas, se ha aparecido ante mí y no puedo dejar de apreciarla.
Llena está del encanto mismo de todo el universo, es la flor del campo tan bella. Bella es decir divina, es la mejor para mis ojos, cada día crece esa convicción.
Estimada y bienamada, hermosa señorita, es usted la más bonita, como la margarita que entre las flores es finita, su hermosura es infinita y en este retrato narrativo es modestamente descrita.
Me bastaría saludarla con los ojos y besar noblemente la mano a su bella majestad, se llenará de alegría mi corazón al contemplarla tan cerca. Anhelo ver su rostro preciosamente bello, expresión de deliciosa serenidad, infinitamente más dulce que el sabor de la simple miel. Hay en usted un encanto tan extraordinario, clásica y única perfección viviente en su alma y cuerpo.
Coronada de gracia su alma está, su entusiasmo, alegría y felicidad contagiosos son, encienden en mí una fervorosa alegría.
Sorpréndame la sonrisa de ojos y labios suyos; mi alma vuela y sumida está en las delicias suyas, mis ojos (tanto físicos como espirituales) contemplan el vivo reflejo de la eterna belleza, sagrado amor y respeto infunde en mí usted alma noble. Siéntome poseído de veneración ante aquella muchachita que ostenta el divino sello de la belleza. Amable y adorable al mismo tiempo, desde la sensibilidad hasta lo más hondo del espíritu, ¡toda hermosa es usted!
La serenidad de este momento aplaca el torbellino de mis pensamientos, este momento lo consagro a meditar en torno a su persona.
Siento su dulzura en las suaves notas de diversas melodías presentes en sinfonías, conciertos, sonatas, cuartetos de cuerdas; la música culta, en muchas obras, representada está su preciosura, su esencia acaricia mis oídos especialmente al oír la música interpretada por las cuerdas, particularmente el sonido del violín perfectamente armoniza con la hermosura suya.
Son, niña, sus ojos serenos como el claro de luna, ¿se da cuenta del maravilloso ser que es usted? Sépalo ahora mientras fija sus pupilas en todas estas letras. Siéntase libre a deleitarse en este bosque de palabras creadas por mi puño y letra inspirado totalmente en usted misma. Al leer estas líneas se lee a sí misma pues es un retrato dedicado con cariño inmenso.
Cada palabra suya es una gota de rocío que impregna el campo de mi corazón.
El deseo más grande en lo porvenir es oír su voz e incluso sentir su suave y profundo suspirar.
El "empalago" no existe pues no hay límites para amar, todo aquello tendiente hacia lo mejor para quien se ama.
Si se me pregunta si he vivido la alegría de un amor cumplido, respondo: ¡si, si, si!
Pero ahora solamente intento, a través de las letras, expresar la dicha del amor.
En la música puedo encontrar la expresión del amor, en canciones sin palabras se oyen poemas densos ricos en lirismo, allí solamente mi mente se puebla de preciados recuerdos, paisajes y momentos. Todo ello es un meditar en silencio dentro de la isla del espíritu. En esa isla el espíritu es azotado, una trinidad se manifiesta en el corazón: El crear, desear y arder de amor.