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Pudo ser cualquiera

Tema en 'Poemas Melancólicos (Tristes)' comenzado por necros73, 8 de Junio de 2007. Respuestas: 0 | Visitas: 526

  1. necros73

    necros73 Poeta que considera el portal su segunda casa

    Se incorporó:
    9 de Febrero de 2007
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    231
    Género:
    Hombre
    Pudo ser cualquiera

    I
    Anoche cargue en el coche
    el colchón, las sábanas, los cojines.
    lo llevé todo a un lote baldío,
    lo rocíe con gasolina Y
    aventé un cerillo

    II
    Mientras ardía y la humareda se perdía
    en el aire de la noche, pensaba con cierta
    melancolía que era libre de tu recuerdo.

    III
    Todo exorcismo implica cierta
    dosis de violencia, la destrucción
    física / psíquica de una entidad
    que nos acosa

    IV
    Absurdo creer que incinerando
    nuestro colchón, tu recuerdo
    se perdería en el crepitar
    de las llamas, pero era
    el único remedio que
    faltaba por intentar.

    V
    Había cambiado las sábanas, los cojines,
    la disposición y orientación de la cama,
    la había empapado con agua bendita, ron
    y tequila. Habían desfilado ya por ella
    dos desconocidas y aún así seguías allí,
    incrustada, tatuada, aferrada al colchón.

    VI
    Insomnio, sueños húmedos,
    cachondas fantasías que me asaltaban
    en el instante en el cual intentaba
    conciliar el sueño, cual demonio
    etéreo sentía tus caricias en mi piel.

    VII
    Ya estaba cansado de dormir
    en el sillón o en el piso,
    dormir en hoteles era el siguiente paso,
    por eso quemé el colchón.

    VIII
    Tal vez mañana compre otro colchón
    uno que no tenga memoria,
    que no tenga adherido a él
    ese fantasma tuyo que no me deje soñar

    IX
    Tengo un colchón nuevo,
    una nueva amante,
    una botella de whisky a medio abrir
    y tu recuerdo aún rondando por aquí

    I
    5:17 pm
    la segunda taza de café negro.
    Viernes otra vez.

    II
    Ayer caminaba sin rumbo
    siguiendo mis pasos
    hasta que noté
    que me habían traído
    de vuelta a ti.
    Toqué el timbre y luego
    en un lance de valentía
    eché a correr.

    III
    Apenas hace un rato
    envié un sobre
    sin remitente,
    sin carta,
    pero con la esencia
    de mi loción
    y tu dirección

    IV
    Hace un mes te soñé,
    al otro día te vi.
    Desde entonces corro
    del trabajo a casa
    para dormir y soñarte.

    V
    Hay días que me pregunto
    sobre si eres real o sólo
    una pasajera obsesión,
    de esas que abandonan
    el lecho al amanecer

    VI
    ¿De qué prenda te despojaría primero?
    ¿el saco?
    ¿la corbata?
    ¿los zapatos?
    ¿los pantalones?
    ¿tus inhibiciones?

    VII
    5:20 pm
    es aún la segunda taza de café negro,
    sigue siendo viernes,
    sigue estando vacío el asiento
    frente a mí.

    I
    Suena como un disco rayado,
    una y otra vez
    la misma canción
    la misma sensación
    de tu presencia.

    II
    No sé cómo le haces tú
    para sobrevivir sin mi.
    No sé como le hago yo
    para sobrevivir sin ti.

    III
    Los platos de la semana
    Se amontonan en el lavadero,
    las colillas desbordan el cenicero.
    Ese reloj de pared sigue
    marcando la misma hora que ayer.

    IV
    Domingo a medianoche:
    suena el teléfono, contesto
    y no escucho tu voz,
    sólo tu silencio.
    Martes a medianoche:
    marco tu número, contestas
    no escuchas mi voz,
    solo mi silencio.

    V
    No sé que hacer con ese cuadro,
    a mí no me gusta,
    pero a ti te encantaba.
    Me debato entre:
    enviártelo,
    esconderlo,
    enterrarlo
    o simplemente
    seguir mirándolo.

    VI
    Otra vez la misma canción,
    como mantra u oración,
    que me protege,
    que me acerca no al nirvana
    o al vacío,
    sino a tu olor, a tu esencia
    a esa sensación de tus
    labios en mi cuello.

    I
    Puede ser cualquiera.
    Podemos ser nosotros.
    Cada uno en su soledad,
    en su muy privado infierno.

    II
    Pudo ser cualquiera:
    el amante
    o el amado
    el dejado
    o el que deja
    el traidor
    o el traicionado.

    III
    Pero lo único cierto
    es que está escrito
    en una hoja de papel
    en algún lado.
    Ello basta
    para que todo lo escrito
    sea real.​
     
    #1

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