1. Guest, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Dismiss Notice

Pues concluyo con mi objeción.

Discussion in 'Poemas Generales' started by Benzch, Dec 14, 2023. Replies: 0 | Views: 223

  1. Benzch

    Benzch Poeta recién llegado

    Joined:
    Dec 14, 2023
    Messages:
    2
    Likes Received:
    1
    Gender:
    Male
    Esperando que mi mente arreplegue las más insanas visitas del señor,
    tiendo mi mano al terror y, que convenga el señor, me sobresalgo del perdón.
    Tras ocultar en la mansión del señor mi favor, y por lo tanto, mi razón,
    aparezco rodeado de traidores, muchos roedores, otros... Perdedores.
    Incluso aquél que me vio llorar tuvo el valor de gritar.
    ¿Qué gritó en aquél entonces? "Perdonar es mi favor, la vuestra es semejanza."
    El señor, desprevalecido de todo acontecimiento, manifestó en un ritual su cumbre:
    Desató las fieras, destruyó nuestros pasados y, después de fallecer por el fatalismo que creyó,
    descendió de las nubes. El pánico nos asechaba con pasión, otros fueron alarmados,
    pocos estuvieron en contacto con la demostración ignífuga del señor.
    Se sentó, póstumo a su lugar, entendiendo la magnificencia del sabor,
    el sabor del poder, o más bien, de su propio poder, mi señor.
    Petrificados ya eran los soldados, puesto que la princesa otorgó a ellos un único error:
    "Si vuestro alma es débil ante mí por tratarme como princesa que nunca seré y habré sido nunca,
    entonces os daré el límite que pertenece a vuestras vidas, ¿si, señor?".
    De tal forma los significados se abrazaron a cada palabra, que surgieron en el cielo como constelaciones.
    Puras palabras que, una vez ya sagradas, se esparcieron por la batalla. El miedo, pues, huyó de todos.
    No hubo ningún herido, ni tan solo un atormentado. Incluyendo a mí, mi señor, parece que,
    luego de tantas luchas que han habido, he logrado observar a su deber, señor.
    Entonces, mi señor, ¿perderá contra los enloquecidos del bosque que tapan los árboles?
    O... ¿acaso padece la necesidad de marchar? ¿La necesidad de marchar, mi señor?
    ¿Es vuestro corazón tan frágil como traspasar las fronteras y no manchar la tierra con su nombre?
    Ni menciona ya la sangre derrochada en las alcantarillas, mi señor, ahí pocos han sabido de su fragancia.
    Dígame, mi señor... ¿ Conseguirá a través de rutinas inexplicables a los demás conquistar su propia tierra?
    ¡Aquella tierra que todos albergamos en nuestro interior, ni yo la recuerdo con tanto espesor!
    Ahora, mi señor, salte de aquél montón que yace en su retina, y díganos: "La tempestad es solo la llegada de lo óptimo.
    Gracias, mi señor, pues concluyo con mi objeción.
     
    #1

Share This Page