Pupilas venturosas

Tal que si fueran gráciles urpilas
o gorriones sensibles y obsecuentes,
cada noche se posan mis pupilas
sobre sus labios ígneos y turgentes.

Tal que si fueran dóciles ancilas,
pronto besan sus manos resplendentes
y rinden mil honores a las lilas
de sus pechos granados y eminentes.

Afectas, le pronuncian al oído
las voces más sentidas y amorosas
con un acento harpado e insignido.

Agotadas, al fin, mas venturosas,
se sumen en un sueño colorido
bajo sus piernas suaves y aromosas.​

 

Las musas y sus múltiples dones.

Buenas líneas Littera. Gracias por compartirlas.

Saludos.

 

una sensualidad única que atrapan en su aventura, abrazos. Odell

 

Excelente como siempre estimado Littera,
técnica y poéticamente este soneto es irreprochable,
con despliegue de un léxico muy rico y sensual contenido;
un saludo cordial,
Eduardo