Pusiste otro anillo al dedo.

Pusiste otro anillo al dedo.
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¡Ah, mocedad! Tu pluma llama en pelea
-pusiste otro anillo al dedo-
y entero el compromiso
se crece y me jalea.
Yo te dije: "Bien puedo ser tú
para vestirte de todas, amor,
de novia todo el cuerpo"
mas mi lucha es un diente amargo
y ausente viajo y vuelvo
y me subo y me bajo;
voy desnudo por mi pena.
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¡Ah, qué hoguera! ¡Qué incendio!
Mi ausencia a fuego en tus caderas
y mi sangre es hambre tuya
y mi mano es tu yema.
Te amo. Te amo. Te amo y lo confieso
y tú te acercas y te alejas
y yo me agito en mi sueño.
Me das, te doy
y te prendas a mi cuello.
Te quito, me quitas
y espiras a mis besos.
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Así se proclama tu noche blanca,
tu cuerpo tiembla e inunda el viento
al tiempo que la nieve
te aterriza y exhalan nuestros huesos.
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.-_Ismael López Pozo_-.
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El amor se hace inmenso en esa fase y lo expresas de forma bella, las imágenes llenan las expectativas de excelente poesía.
Un abrazo

 

Hola ladulcec. Gracias por comentar. Para mi es importante conocer lo que otros opinan acerca de algunos poemas míos. Intentaré mejorar. Un saludo.