Que bonita es la vida.

En un piano triste viaja mi mente,
una melodía me acompaña en mi butaca.
Unas vistas de mi infancia,
me parece verte sentada en frente.

Niños inocentes de amor puro.
Manos agarradas muy fuerte.
Corriendo por el pueblo alegres,
jugando en la calle, saltando muros.

Adolescentes jugando al amor inconscientes
Sintiendo tu piel, temblando de calor
Escuchando tu rápido corazón
Vibrando como cuerpos celestes.

Creamos sin querer nuestra estrella
Tan tierna, tan delicada, tan suave y perfumada
Que a mis pulgares con fuerza se agarra
Qué te sonríe, que te quiere y te ama.

Ahora que recordamos, reímos y lloramos,
que la vida contigo es tan bonita,
y La Paz que nos dimos tan divina,
que quiero nacer de nuevo a tu lado
y volver a jugar con nuestra hija.

Gracias a Dios por dejarme morir
a tu mano agarrado,
como cuando éramos niños,
asi de enamorados.

Este es el ultimo tren,
es el final del camino
Llegamos sin equipaje
hasta el infinito.

 

Realmente bello, precioso. Letras donde la nostalgia y la gratitud por lo vivido, andan tan al unísono, que se funden como una, dejando un grato sabor indefinido en el alma, donde uno no sabe si entristecerse o sentirse dichoso cuando personaliza sus versos. Mis aplausos para usted. Me encantó leerle. Saludos.

 

Un bello poema que recoge ese recorrido por la vida en regocijo y agradecimiento. Te ha quedado hermoso. Un saludo cordial.

 

gracias, muchas gracias....