1. Invitado, ven y descarga gratuitamente el cuarto número de nuestra revista literaria digital "Eco y Latido"

    !!!Te va a encantar, no te la pierdas!!!

    Cerrar notificación

Qué Dios los coja confesados.

Tema en 'Prosa: Surrealistas' comenzado por TARUGUS, 14 de Diciembre de 2017. Respuestas: 0 | Visitas: 478

  1. TARUGUS

    TARUGUS Poeta fiel al portal

    Se incorporó:
    12 de Diciembre de 2014
    Mensajes:
    805
    Me gusta recibidos:
    645
    Género:
    Hombre
    De pié sobre la colina, espada en mano, aún retumba en mi cabeza el sonido pésado y acre de la noche, todavía siento el olor agrio del vino y el tufo de perfumenes revueltos.

    Soy general por derecho, nací así, no importa ni de quién nací ni dónde nací, es mi destino, mi derecho y mi obligación y debería estar alerta, en perfecto uso de mis facultades, pues mis hombres, hombres que confían ciegamente en mí están dispuesto a dar la vida si es necesario, sin dudarlo siquiera; pero realmente solo les hago creer que son importantes, que son lo mas importante para mí, pobres ilusos, no vacilaría en sacrificarlos si lo considero necesario, no significan nada para mí.

    Soy una aberración de la naturaleza, lo sé: al sabio le falta el valor, al valiente la inteligencia, considero que aunar las dos cosas es algo antinatural y un ser creado solo para destruir. Lo sé hace mucho y me he sentido orgulloso durante mucho tiempo de eso, si bien es cierto que ya no es así.

    Mis batallas son todas victorias , no me preocupa una mas, pero hoy es distinto muy distinto, ese exceso de confianza ha hecho que no valore ni amigos ni enemigos, ni reyes ni emperadores, ni ricos y ni pobres, y veo caer uno a uno a todos los que confían en mí, hoy he perdido, y pienso...

    ¿Qué debo hacer?, morir como un soldado con valor y nobleza o debo huir como un cobarde que aprecia su vida mas que nada en este mundo...

    La espada resbala de mi mano y me vuelvo y comienzo a caminar, no sé a dónde, todo está vacio, pesado, como un sueño y me alejo despacio sin mirar atrás, busco un lugar olvidado, dónde olvidar y ser olvidado, dónde nunca jamás pueda presentárseme la oportunidad de empuñar la espada.

    Nadie se interpone en mi camino, despierto demasiado temor entre amigos o enemigos, y por primera vez siento miedo, miedo a no poder contener ese monstruo que soy y que realmente me atemoriza, pues no tengo remordimiento alguno , ni me arrepiento de nada sé que si es necesario lo volvería ha hacer y no quiero.

    Porque ahora la bestia ha alcanzado la perfección, y si volviera a suceder que Díos los coja confesados.
     
    #1

Comparte esta página