¿ Qué está pasando aquí ?

Ella me nubla el juicio.
Sólo puedo pensar en el fornicio.
Me habla respecto a sanación y Servicio.
Me ofrece su cálido brebaje,
sin atuendo alguno, ni ropaje,
para hacerme más fornido.
Y soy un gladiador grecorromano.
Y soy un helado de nata, en sus manos.
Me sorbe y en su lengua, ya estoy derretido.
Ante ella, no puedo pasar inadvertido.
No puedo ser espía, u observador que no es captado.
A sus senos, mi cabeza ha incorporado.
A sus muslos, mi lengua ha pegado con premura y armonía.
Creo que le voy a pellizcar el culo.
Y luego, le palparé la espalda.
Con mis manos toco, por debajo de su falda.
Y sonríe...

 

Si quieres me puedo colgar de tus pezones (como una madre que se cuelga de una plegaria o un náufrago de los escombros)

 

Lees mis poemas como quien oye llover.
¡ No prestas atención al discurso !
Yo soy macho.
¡ Hombre ! Claro está que tengo una propensión maternal.
Y eso me hace dudar, a veces. ¿ Cuál es mi camino ?

 

interesante sanación del alma, saludos

 

La sanación tiene que ver con los sonidos mentales, que son sonidos mezclados con colores. Entonces, así son los sonidos ultra de los delfines. ¿ Podemos sanar ? ¿ Necesitamos a los delfines ? O quizá, podríamos imitar su armonía. Su disciplina. Su profundidad. Su afán creador... De eso se trata, pues.