Qué extraña es la leche!

¡Qué extraña es la leche!
yo ya no la tomaba..
fue suave y delicada conmigo.

Yo ya no la sabía y
no la bebía desde los senos de mi madre
desde mi cama en que estabamos solos
en que nos haciamos solo uno.

¡Qué tierna se portó conmigo!
yo ya no la conocía
yo ya no la quería.

Ahora bien... si la bebería seguido
podría quejarme y ella jugar conmigo
pero si la dejo podría quererla
y ella ya no sería suave y delicada conmigo.

 

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