Qué poco duró la cosecha.

Voy ganando adeptos,
en mi secta religiosa.
Las curaciones son milagros,
durante una década prodigiosa.


Me pagan en especie,


con alimentos extraordinarios.
A cambio, les muestro los misterios,
de los números, y el abecedario.
Cifras y letras, para los discípulos aventajados.


Siempre les aviso de la ley de causa y efecto,





pues Dios no juega a los dados.
Sino al Ajedrez, ¿ Qué quieren que les diga ?
Que me inundó su luz, y se hizo mi amiga.
Dios es mujer, ¡ Válgame el cielo !


Se deshace la secta. Todos creen que Dios es su abuelo.

 

Toda secta tiene sus reglas y requisitos... al final todos tendrán su recompensa

 

"pues Dios no juega a los dados.
Sino al Ajedrez, ¿ Qué quieren que les diga ?
Que me inundó su luz, y se hizo mi amiga.
Dios es mujer, ¡ Válgame el cielo !"

No disuelvas la secta tan pronto
los frutos no maduran al siguiente día
espera al sol, a la luna, y la lluvia
y tal vez a la mujer que sea tu guía.
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Abrazos mi querido Nommo.

 

Amigos, gracias por mostraros osados y encantadores, ante esta idea comprometida.
Porque es un asunto turbio, la confianza depositada en una mujer.
Ya que ¡ A saber qué se le ocurrirá mañana !
Nunca te fíes de una mujer que conduce un camión...


Señores, señoría, alguacil y demás miembros del Jurado: ¡ Opto por la mecanógrafa !
Sí, lo confieso.
Teclea de maravilla.

 

Bristy, tampoco te fíes de un hombre que comienza la casa por el tejado.