¿QUÉ?, POR TANTA INANIDAD... (octosílabos -casi- blancos)

¿QUÉ?, POR TANTA INANIDAD...


1ª sesión de investidura (1 de marzo)


Los alfabetos coinciden,

la zafiedad se desborda,

abunda la incoherencia

y aplauden la humillación;

han instalado el insulto,

y la risa del desprecio

en el discurso ampuloso,

excluyente, inmoderado,

hasta volverse ignominia

entre aquellos y los otros...

¿Habrán oído, soeces,

que acaso alcanzan la cumbre

quienes toman por estúpido

el verbo del contrincante

ignorando la palabra,

denigrando al oponente,

ofendiendo su sintaxis

los umbrales y los tímpanos?

..............

2ª sesión de investidura (4 de marzo)


Toscas patrañas cultivan

estos proyectos en flor,

esperando sus capullos

para vestirse carmines

allá por la primavera;

y ya parecen ocasos

en su tránsito a la forma

por el salón de congresos

pululan entre sus luces

sin haber llegado casi

al lugar que los acoge.

Discursos brotan hostiles,

insensatos los compases,

el foco claro buscando

y del rival la deriva;

pero simulan espejos,

que en alto laboratorio,

la alquimia humana discurre

lazos a los desafíos

entre pétalos en sombra...

..............

Solo cabe que la sangre,

perdida la inteligencia,

nos purpure un horizonte

albo de oro y de rosa...

¡Qué soledad la excepción!,

¡Qué ausencia de brillantez!

¿Qué me queda por hacer?

¿Qué?, por tanta inanidad...

eduardocarpio
11 de marzo de 2016
​

PS Como sabrán se convovaron elecciones generales en España el 20 de diciembre. Se han celebrado dos sesiones de investidura (1 y 4 de marzo) y un millón de declaraciones entre los diversos partidos. Todavía no se han puesto de acuerdo su alegres señorías. Como además los escucho, me tienen deprimido. ¡Nunca pensé...!
No termino estas líneas y me espanta la respuesta europea a la «crisis de los refugiados». ¡Y pudiera encontrar la escalera...!​

 

Luis
Cada vez con más frecuencia el estado de las cosas me impide escribir si no es desde la rabia, porque no veo porvenir a este mundo de la discordia mortal, sin cauce, ni memoria, de la humillación inimaginable, ..., del penúltimo imperio de los bárbaros a punto de nacer, ... Ya sé que siempre fue, aunque, ahora, no sé qué hacer, salvo deletrear la obviedad. En fin, como dice un amigo: "hoy en día uno se desangra lentamente, pero a voluntad y sin interferencias o participa en la sangría, sin más"... Un abrazo. eduardocarpio