Quémate de frío.

¿Tienes frío?, me preguntaba mi abuelo al verme recostado en la hamaca que días anteriores habíamos colocado en el jardín trasero de la casa, no es un jardín muy grande pero tiene suficiente espacio para tener un par de manzanos justo en los cuales echamos amarras para descansar.

- No, fue mi respuesta y el se limitaba a caminar mirando si había algún fruto retoñando en los manzanos, se veía pensativo y algo dentro de mi me decía que pronto empezaría una de sus tantas clases de filosofía que desde que tenía 5 años me daba.

Echando un suspiro me responde:

- "Que mal, juraría por mis canas que si y es una lastima, el frío siempre será mejor que el calor o por lo menos del que quiero hablarte".

Yo cerré mis ojos y él se sentó dándome la espalda, recargado en el otro extremo del árbol y me impedía ver su figura, pero le escuchaba, le escuchaba con mucha atención ya que ciertamente también me agradaban mas los climas fríos y solo me limite a esperar a que continuara hablando.

"Existe un frío tan grande que te duele hasta los huesos, no proviene de afuera, mas bien se hace presente cuando el miedo te invade y no sabes que hacer, es un frío que te paraliza, el frío del miedo puede tentar contra tu propia vida y terminar con ella por mantenerte inmóvil y no poder defenderte, ese frío es bueno, te enseña que siempre hay cosas allá afuera que son capaces de helarte y mantenerte alerta ante esas situaciones hará que ese frío te mueva tan rápido que podrás esquivar las balas. Pero no es del que quiero hablarte, quiero hablarte de el frío del amor.

Un frío tan sepulcral que no congela tu cuerpo o tus huesos, mas bien congela tu alma, te hace inmune al dolor, al sufrimiento, a las despedidas, los golpes de la vida y un sin fin de catástrofes que puedan tocar tus sentimientos y es sólo por el simple hecho de que te estas muriendo. Sonríes sin querer sonreír, creo que le llaman hipocresía, dicen tus labios un te quiero y tus manos también pasmándolo en papeles, en nubes, en el cielo pero tu corazón no lo siente, a eso le llamamos mentiras, quienes no saben lidiar con sus palabras termina solo y la soledad también lastima, buscas tu rincón oscuro para escribir y aunque yo mismo te dije que debes de escribir solamente lo que conoces, escribirás del amor sin siquiera haberlo conocido y es otra forma mas de decir mentiras, pues estarás engañando a quien te lea despertando sentimientos que no tienes porque despertar, soñaras despierto y harás que otros mas sueñen lo mismo que tu pero eso no te calentara, las palabras serán tuyas pero lo que siente quien te lee es de el.

Pero sabes, deseo que tengas el frío del amor, que inunde tu alma, la abrace con fuerza y exprima todo tu ser, toda tu mente y congele con miedos, dudas, con dolor y con sufrimiento cada trozo de ti, que ese frío del amor te llene la mente a tal grado que no puedas pensar en otra cosa mas que en salir corriendo buscando un algo que lo saque de tu vida y que ese algo, jamás llegue.

Y no es porque no te quiera, sencillamente porque ese frío es el mejor de todos, porque al sentirlo en carne viva, habrás conocido el verdadero amor, no el que se siente por la familia, por una mascota, un libro, un hijo o una pareja, si no el que debes tener por ti mismo, porque al amarte a ti mismo hará que ames infinitamente a las demás personas, te llevara a conocerte como nadie mas podrá hacerlo, te harás uno mismo con el universo y eso te llevara siempre a mi encuentro. Ya no te refugiaras en esta hamaca, no desearas una tarde tranquila, no sentirás la necesidad de estar solo y aun estando solo físicamente siempre estarás acompañado, escribirás la verdad, tu propia verdad, sonreirás solo por sonreír aunque no estés alegre y eso no es hipocresía, querrás tanto a algo o alguien que moverás las nubes con tus manos escribiendo su nombre y aunque no estalle tu corazón cuando lo estés haciendo, no será una mentira pues tu alma esta congelada de amor, te entregaras sin pudor ni medida a quienes tengan el deseo de tenerte y arderas de pasión y deseo de la misma forma pues recuerda que el frío también quema y el frío del amor quema todo a su paso.

Como quisiera que tuvieras frío, que supieras de lo que estoy hablando, que ahorita que cierras tus ojos puedas ver hasta la estrella mas distante, que al sentir una briza te estremezcas y que en esta noche cuando una pluma llegue a tus manos, recuerdes mis palabras.

Que todo el frío es bueno, el frío te llena, te envuelve, te quema, te levanta y saca lo mejor de ti".

Él tenía razón, yo estaba escuchándolo con los ojos cerrados e intente visualizar la estrella mas distante, después imagine como sería fundir ese ardor de frío con el calor y la pasión de una pareja, divagaba en todas esas palabras así, con los ojos cerrado. Y de repente la briza erizó mi piel, de esas veces que sopla el viento con gotas de agua y sentí frío, debo aceptar que disfrute sentirlo.

Minutos después abrí los ojos, tenía una sonrisa en los labios y levantándome de la hamaca me metí a la casa, pase a un lado del altar que tengo en memoria de mi abuelo y mirando su retrato le di mi mas sincera sonrisa y le dije; "Que razón tienes mi viejo".

(Tomado de Noches de nicotina, "Quémate de frío")
Eduardo G.