querida tierra

Seco, como aquel vergel convertido en desierto.
Seco, como el desierto, siento hoy mi cuerpo.
Seca está mi alma, enmarañada de recuerdos
de lluvias torrenciales que anegan mis anhelos.

Y el amor, que era nieve perpetua de mis cumbres,
se deshiela hoy sin solución, sin poder atrás volver,
creando torrentes de agua estéril, que no quita la sed
ni sirve para regar mi fértil campo ni mis uberosas ubres.

El retoño que le salió a mi árbol crecerá y se hará una rama
y, entonces, entenderá que no todas las lluvias se pueden entender.
Que las lágrimas con las que la regué no la hicieron crecer,
sólo la mantuvieron alejada de la sequía que nos rodeaba.

En este estado se halla mi gea, con el agujero de ozono abierto.
Ya hace tiempo que me quemé completa y quemé todas mis naves.
Sólo hay ya una solución: deshacer lo que el hombre convirtió en males,
aún a pesar de que no lo hiciera consciente de lo que hoy sé que es cierto.

Ahora, como kibutz creado en la solana, donde no existía nada,
mi yo crece de nuevo de la nada, de mi misma, de mi propia alma,
alejada del mundo al que siempre preguntaba y nada me daba.
Ahora me he encontrado a mí misma y sola, mas estoy en calma.

Ojalá llegue el día en que sintiéndome en calma deje de sentirme sola
y encuentre quien aplique árnica en mis heridas de la batalla,
quien me cure las cicatrices dejadas por la torpeza humana
y haga congelarse la cumbre, de la que nunca más se libere una gota.​

 

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Versos de interesante reflexión y muy bien logrados, un placer venir a leerte compañero.
Estrellas y besos[/font][/font][/font][/font]

 

Gracias, Nostalgia.
Me alegro de que te haya resultado interesante la lectura.
Un beso.