Querido Nadie

Con amor y absurdidad en la nocturna alevosía, voy precavida para la caída.
Querido Nadie:
Caeré en picado en el vuelo impecable que mantuve por tanto tiempo,y al final el tiempo, terminó por cansarse y anunció la caída como si fuese la del Imperio romano. Te sigo escribiendo a pesar de todo, y todo a pesar, trae el lugar imborrable que te llama.
Veo la escalera de color por la que no sube nadie, por la que nadie baja, excepto yo. No hay más.
Te he inventado y creado como alguien dijo, para ver si acababas existiendo, pero no existes más que en mi nada.
Nadie es, eso que pasa cuando la vida se te planta de frente a echarte en cara lo mal que la estás acostumbrando, también a recordarte que los olmos no dan peras, y a decirte que cuando el río suena, agua lleva. Agua. El setenta por ciento de nuestro cuerpo es agua, somos líquido que se escurre por entre las manos, y a dónde va a parar, no importa ya.
He dejado de ser la ingenuidad que creía que el amor debe ser recíproco, no debe serlo, ni siquiera parecerlo, no debe ser ni siquiera amor. A esto, lo llamo yo, experiencia, la constatación de que un hecho jamás ocurrió, simplemente porque no pasó. No nos pasó el amor, ni por delante de nuestras narices, ni por asombro, ni siquiera nos cogió desprevenidos, porque nunca,nadie, vino.