Querido Papa Francisco

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Querido Papa Francisco
Respetado señor
Con gran atención he leído sus palabras en su audiencia-conversatorio de este miércoles, 29-05-2013, en la Plaza de San Pedro. He asimilado mucho el contenido de sus reflexiones así como también la confesión de los pecados que hasta el mismo Sumo Pontífice comete.
He observado en muchas partes del mundo que el comportamiento de la Iglesia Católica Apostólica Romana es desigual, lo mismo que sus integrantes cuyas culturas son desiguales y sus formas de actuar muchas veces dejan mucho que desear.
Si las profundidades de las heridas de Jesús y su sangre derramada fueron las mismas que dieron luz y nacimiento al catolicismo por qué no pensar que igualmente pueda ser el conjunto de los cristianos alojados en la fe católica.
Esto me lleva hacerle llegar algunas observaciones. En mi país, Venezuela, hay grandes desprendimientos NO de la fe sino de la militancia con la Iglesia de Cristo y se han ido a otras religiones o sectas que a veces suelen ser sanas y se encuentran en el mismo campo del cristianismo.
NO voy hacer, por mi grandísimo respeto a su investidura, ningún señalamiento de carácter sexual que en sus mano está siendo muy bien tratado y ya se observan tímidos resultados de saneamientos positivos, sino a generalidades del comportamiento de algunos personeros revestidos de la salvaguarda de la fe que usted dirige desde Roma.
Aquí, en Venezuela, casarse, bautizar un niño, primera comunión, confirmación, solicitar una misa y hasta una de cuerpo presente o para un entierro hay que someterse a grandes sacrificios y solicitan al interesado numerosos requisitos, sin contar los elevados emolumentos que hay que pagar, y los someten a uno muchas veces a interrogatorios sin ningún sentido. He presenciado regaños desde el púlpito, dentro de la más íntima solemnidad de la misa, que desdicen mucho del amor, la tolerancia y el saber de quienes los ejecutan.
¿Por qué se están alejando los rebaños?
No solamente por estos comportamientos anteriormente señalados, sino porque otras religiones y sectas tienen permanentemente sus puertas abiertas, no presentan ninguna traba para entrar y estar en ellas, no piden ninguna sacrificio y sus oficiantes hacen visitas domiciliares a apartados rincones donde viven las gestes más humildes.
En ningún momento generalizo, pues hay pastores cristianos muy dignos que son un ejemplo por su investidura y su fidelidad a su fe y al Santo Padre, pero sí aseguro que estos no son la mayoría.
Con todo respeto al hombre, al heredero de San Pedro y a quien lleva en sus hombros tan alta responsabilidad. ¡JESÚS ES DIOS Y LO VAMOS A PODER PALPAR MUY PRONTO!
Su admirador y amigo,

José Luis Mendoza
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