¿quién las entiende?

¿Quién las entiende?
—Esta noche te espero, voy contigo,
—es usted un grosero o está bebiendo,
—¿qué pensó? ¿De esta fruta estoy comiendo?
—y lo que usted propone no es conmigo.

¿Qué tal salió la fiera? No le digo,
solo quiero con ella estar durmiendo,
por tenerla esta noche estoy ardiendo,
y el proponer no me hace su enemigo.

Y se enojó la dama sin razones,
dedujo que lo dicho es de bribones,
¿qué le habré dicho para que se altere?

Siento tocar la puerta de mi casa,
—¿eres tú? Bienvenida, solo pasa,
—solo vine a decir que no me espere.
Kin Mejia Ospina

 

Pues precisamente le dijiste: ¿quién las entiende? Y de ahí ya no hay vuelta.
Un abrazo, Kin.